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Toda España está pendiente de la decisión del Tribunal Supremo sobre los recursos presentados contra las condenas que impuso a Iñaki Urdangarin la Audiencia de Palma en el caso Noos. Sin embargo, esto podría pillar a su hijo mayor muy lejos de casa. Como ya adelantó La Razón, Juan Valentín se encuentra de voluntario en Camboya y estas son las primeras imágenes suyas en el país asiático.
El hijo de la infanta Cristina ha viajado a Battambang, una ciudad camboyana a tres horas por carretera de los turísticos templos de Angkor, y la población en la que Monseñor Enrique Figaredo, Kike, desarrolla su labor humanitaria desde 1985. El trabajo del jesuita nacido en Gijón, a través de los distintos proyectos de la ONG SAUCE, ha hecho que muchos españoles a lo largo de los años hayan viajado como voluntarios allí y este es el caso de Juan Valentín en un momento que coincide con la delicada situación judicial de su padre.
Mientras su familia continúa con su día a día en Ginebra, Juan Valentín se ha sumado a los trabajos que el “el obispo de las sillas de ruedas” (apelativo que recibió por su trabajo en un país en el que las minas antipersona han causado y siguen causando estragos) ha puesto en marcha. Con otros voluntarios (algunos de ellos también españoles), personal de las organizaciones y chicos del Centro Arrupe –un hogar para jóvenes discapacitados que Figaredo puso en marcha en el año 2001 para acoger a víctimas de las minas o de la polio- el hijo de la infanta Cristina se sumó a las 4.000 personas que participaron en la segunda maratón de Battambang, un evento deportivo y solidario que tuvo lugar el pasado 14 de marzo. Según publicó el citado medio, este tipo de programas de voluntariado suelen durar cuatro meses, pero se desconoce el momento en el que Juan Valentín lo comenzó, por lo que no ha trascendido hasta cuando estará allí o si ha podido regresar ya a Suiza.
Juan Valentín, que cumplió los 18 años el pasado septiembre, ha demostrado ser un joven mucho más reservado que su primo Felipe de Marichalar, su fiel aliado y compañero de batallas desde niños. Poco se conoce de él más que su carácter discreto pero hay cuatro cualidades que, en palabras del propio jesuita, son necesarias en un voluntario. “Buena comunicación, flexibilidad, positividad y alegría”, estos son los rasgos que se piden para esta labor, tal y como explicó Figaredo en enero de 2017, durante una entrevista con Jóvenes Católicos. “Si al final hay una de estas cuatro cosas que no te salen, lo más importante es querer a la persona que tienes delante…”, explicó entonces el asturiano.
La infanta Cristina sabe de primera mano en qué consiste el trabajó y cómo es el lugar al que ha acudido su hijo mayor, ya que ha conocido los proyectos de Figaredo de primera mano. De hecho quien haya podido visitar la encantadora cafetería con tienda (The Lonely Tree Café) que se ubica en el centro de la ciudad -un “negocio social” en el que se generan beneficios para apoyar el resto de actividades humanitarias que dirige el jesuita- habrá podido comprobar que, además de encontrar platos españoles en la carta, entre las muchas fotografías que cuelgan de su paredes con voluntarios y otras personas que han apoyado a la ONG se encuentran algunas de la infanta Cristina.
Con frecuencia turistas españoles llegan hasta este lugar, que figura en algunas de las guías de viaje más vendidas, consciente de que es uno de los proyectos del religioso español -Prefecto Apostólico de la diócesis de Battambang y Presidente de Cáritas Camboya- y por tanto un lugar en el que merece la pena hacer un parada, ya sea para comer o para comprar, por una buena causa. Este no es el primer viaje de este tipo ni al Sudeste Asiático que realiza el sobrino de Felipe VI ya que, según publicaron varios medios de nuestro país, viajó en la primavera del 2016 a la región vietnamita del Delta del Mekong con sus compañeros de la Escuela Internacional en Ginebra para participar en un proyecto de cooperación relacionado con la instalación de biogás.
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