El día 8 de enero de 1987, el buque-escuela Juan Sebastián Elcano partía de Cádiz rumbo a América. A bordo viajaba Felipe de Borbón, entonces príncipe de Asturias, que a punto de cumplir los 19 años fue despedido por su el rey Juan Carlos y por su abuelo, el conde de Barcelona, que también habían sido guardamarinas allí. Tres décadas después, padre e hijo regresan al histórico buque de la Armada para cerrar una emocionante semana marcada por el cincuenta cumpleaños del Rey y la imposición del Toisón de Oro a la princesa Leonor.
Esta histórica foto de las tres generaciones con el uniforme de la Marina y muestra de la continuidad dinástica fue tomada el día que el buque zarpaba para dar su sexta vuelta al mundo. Cuatro meses antes el príncipe había ingresado en la Academia Naval Militar de Marín (Pontevedra) y ese día era despedido por su abuelo, padres y hermanas. La primera parada de una travesía que le llevaría a cruzar el Atlántico fue en los puertos de Gran Canaria y Tenerife; los rotativos canarios de la época recogieron entonces una afluencia de público sin precedentes ante la expectación de la llegada del joven príncipe, que participó en dos bailes de gala en los clubes náuticos de las capitales canarias antes de iniciar un viaje de treinta días en altamar rumbo a Río de Janeiro.
Muchas anécdotas se han contado de sus meses a bordo de uno de los lugares que marcaron tanto la juventud de Felipe VI como la de su padre y su abuelo, motivo por el que la visita de este viernes ha sido especialmente emocionante. Eso sin olvidar que se produce tres días después del cincuenta cumpleaños del Rey y en un 2018 marcado por el ochenta cumpleaños del rey Juan Carlos, aniversario que se va a celebrar a lo largo de todo el año con actividades públicas a través de distintos ámbitos de la sociedad española.
Felipe VI y el rey Juan Carlos llegaron al Arsenal de la Carraca, ubicado en la localidad gaditana de San Fernando, y embarcaron en el buque con honores, con Himno Nacional completo, arma presentada, 21 salvas y 7 vivas. Tras ser saludados por los excomandantes del buque y por una representación de la dotación, padre e hijo conocieron las mejores y actualizaciones a las que ha sido sometido el emblemático navío que actúa también como buque de apoyo a la política exterior del Estado. Finalizado el acto, antes de desembarcar, don Felipe y don Juan Carlos fueron despedidos por la ministra de Defensa, el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada y el comandante del Buque.