Zarzuela, 10 de enero de 2018. Cuando aún no ha amanecido, en la oscuridad y quietud de primera hora de la mañana, la Familia Real ya está en pie, preparada para afrontar una nueva jornada de trabajo, como cualquier otra familia española. Las cámaras aguardan en el hall de entrada de la residencia de la Zarzuela el último momento de bullicio familiar antes de que se marchen al colegio. Ese último momento en el que los Reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, tomarán sus prendas de abrigo del perchero, custodiado por una simpática osita de peluche, vestida a la última con una sudadera, unos jeans y un bolsito bandolera, y en el que cerrarán la puerta de palacio tras de sí.
La reina Letizia y la infanta Sofía son las primeras en abandonar sus aposentos, en la planta superior, donde hace vida la Familia Real. La Reina desciende la escalinata, lista para cumplir con su actividad oficial del día, vestida con el mismo atuendo que llevará apenas unas horas después, en la reunión del Consejo Asesor de Fundéu BBVA para impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, y repasando lo ya trabajado sin pausa. A su lado baja la infanta Sofía, impecablemente vestida con el uniforme del Colegio Santa María de los Rosales y peinada con una coleta alta, que distingue a la alumna de la Infanta. A su paso ante las cámaras, se descubren algunos de los objetos que decoran la planta baja y más pública de la residencia -una lámpara vanguardista, varios cuadros abstractos y flores de Pascua-, y se escucha el rumor de una conversación entre madre e hija. “Le va a encantar”, dice doña Letizia. “Yo creo que sí, ¿eh?”, le responde la infanta Sofía.
Seguidamente, aparecen por la escalera el rey Felipe y la princesa Leonor, que bajan juntos, de la mano, con el mismo trote alegre, que denota el balanceo de la coleta a caballo de la Princesa. Dispuestos a superarse un día más, con las ganas y con la sonrisa que otros siquiera logran ya avanzada la jornada. Se reúnen todos en el hall y la reina Letizia ejerce de madre, como siempre que comparte agenda oficial con sus hijas. Se preocupa de que se pongan los abrigos, de que se los abrochen, de que se tapen la garganta. El rey Felipe les recuerda en el último momento que no se olviden de nada. Consejos de padres, a veces también de Reyes.
Salen entonces la infanta Sofía, seguida de la Reina, y la princesa Leonor, seguida del Rey, al nuevo día. Las niñas guardan en el maletero, en presencia del Rey, sus mochilas, las mismas que llevó el Comité Olímpico Español en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Mientras, la Reina entra en el coche, al asiento del copiloto. Luego, las pequeñas se acomodan atrás. Y, por último, el rey Felipe se sienta al volante de un Audi habilitado con una cámara GoPro para la especial ocasión.
¿Qué se dicen en la intimidad? La conversación de la Familia Real en el automóvil discurre por los mismos derroteros que la conversación de cualquier otra familia española en el trayecto de cada día al colegio: la preocupación de unos padres por los asuntos de la escuela de sus hijos. El examen de Ciencias de la princesa Leonor ocupa gran parte de la charla, después de que la reina Letizia se cerciore de que la infanta Sofía no tuviera otro también: “Tú no tienes hoy examen, ¿no, Sofía?”. “Yo, no”, le responde la Infanta. A qué hora tendrá la prueba y cómo lleva preparado el temario son algunas de las preguntas de los Reyes a la Princesa, antes de que la infanta Sofía intervenga con un insistente “mami” cantarín. “¡Mami, mami! Hoy es el primer día que vamos al salón de actos a ensayar”. “¿Anda, estás ya con el profesor?”.
No hay tiempo que perder en el seno de la Familia Real y la princesa Leonor demuestra que esa lección ya la tiene bien aprendida. La de la tabla periódica, también. Aprovecha el viaje para recitar las valencias: “Berilio Be, valencia 2, metal; Magnesio Mg, valencia 2, metal; Calcio Ca, valencia 2, no metal…”. La Princesa, que interrumpe la retahíla unos breves instantes para hacer memoria, encuentra apuntador en el Rey: “¿Y?”. Una sola palabra que parece recordar un rato de estudio en la víspera de los dos juntos, y una regla nemotécnica especial para ambos: la princesa Leonor se acuerda entonces de Estroncio, que empieza por Es- como España. “Estroncio Sr, valencia 2...”. La reina Letizia concluye que “lo sabes muy bien”, mientras el rey Felipe revela el carácter perfeccionista de su Heredera, para la que muy bien no es suficiente: “Ayer decías que no, que no…”.
Cuando han llegado a destino, el rey Felipe se congratula de su buena suerte al encontrar sitio para aparcar a la entrada al colegio: “Me meto en el del medio que hay sitio”. La Reina bromea de buena mañana con un “había un montón de sitios libres”. Ya es la hora de entrar. “Venga, chicas”, apresura la Reina; “No os dejéis nada… Cuidado con la puerta que pesa”, avisa el Rey. Consejos de padres, a veces también de Reyes.