El próximo 30 de enero lloverán las felicitaciones al Rey por su quincuagésimo cumpleaños. Caerán números especiales, semblanzas… y sellos. Correos volverá a estampar otro importante aniversario del Jefe del Estado en la filatelia española, que a lo largo de estos 50 años de vida de Felipe de Borbón y Grecia ha llevado por el ancho mundo su saber estar, su capacidad para el diálogo y su deber y orgullo hacia España. Ya ha anunciado que marcará la señalada ocasión con un nuevo sello conmemorativo del monarca, esta vez un retrato oficial de Felipe VI con barba sobre un fondo en foil plata, de valor postal de 1 euro.
Acunado por los Beatles, el Rey llegó al mundo en la clínica Nuestra Señora de Loreto en Madrid en los días revolucionarios del 68. En el año en el que medio planeta contemplaba estupefacto el desarrollo de la Guerra del Vietnam y, el otro medio, celebraba la primavera de Praga y el Mayo francés. En aquella época, el rey Juan Carlos era el Heredero al trono de España y el nacimiento de don Felipe fue todo un acontecimiento, ya que aunque se trataba del tercer hijo de los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía, era el primer hijo varón y por tanto el heredero del Heredero.
Viéndole en sus primeras estampillas, nada parece indicar que sobre sus hombros lleve el peso histórico de veinticuatro reinos, cinco principados, quince ducados, seis marquesados, veintidós condados y doce señoríos... Que sobre su pecho haya tenido, nada más nacer, tres condecoraciones: el Toisón, la real de Carlos III, y la de Isabel la Católica... Que sobre su conciencia pese la responsabilidad de ser digno sucesor de su padre... Él sabe, porque vive en un país democrático, que el Rey legitima su existencia cada momento con el trabajo, que la Corona hay que ganársela cada día como si se tratara de un oficio, y que la existencia de la Monarquía sólo queda justificada por la eficiencia. Tendrá que convertirse en un líder de Estado, transmitir serenidad y credibilidad, encarnar y proyectar la imagen de una España preparada y moderna. Renovada. Ser en definitiva: un “príncipe perfecto”.
Lo fue. Recibió una completa formación académica, de idiomas y relaciones internacionales; realizó sus estudios militares en la Academia Militar de Zaragoza y continuó dicha formación en la Escuela Naval Militar de Marín y en la academia General del Aire de San Javier… y, como dijo su padre el día de su abdicación en 2014, “de los Príncipes de Asturias que ha habido en la historia de España, él es el mejor preparado, aunque esté mal decirlo y presumir, pero presumo de hijo”. Y los españoles presumirán de Rey en unas semanas.
Desde que ascendió al trono, Felipe VI presume de España por todo el mundo junto a la Reina. Su Monarquía renovada es un proyecto en equipo que les ilusiona -motivo de tantas sonrisas desde el primer día hasta hoy mismo- a ambos por igual y que les exige lo mejor de ellos mismos. El Rey cumple 50 años con muchos deberes cumplidos, aunque también con mucho trabajo por delante por el bien de su Reino.