Oviedo se ha engalanado este viernes para acoger una de sus citas más importantes del año: la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias. Los Reyes, don Felipe y doña Letizia, acompañados por la reina doña Sofía, han llegado este viernes al Teatro Campoamor para presidir el acto principal de esta semana cargada de actividades.
Ante una gran expectación y con la música de los gaiteros, Sus Majestades realizaron en coche el trayecto desde el Hotel Reconquista, donde están alojados, hasta el teatro. Pasadas las 18:30 horas llegaban entre aplausos, vítores y ovaciones de los muchos curiosos que se agolpaban en las inmediaciones en una tarde soleda en la que el tiempo acompañó con temperaturas muy agradables, poco habituales en estas fechas del año en la capital del Principado. Felipe VI, Letizia y doña Sofía hicieron a pie, por la alfombra azul, el trayecto que va desde el vehículo hasta el teatro, para presidir estos premios que este año alcanzan su 37 edición. Un certamen que sirve para reconocer la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por diversas personas e instituciones.
Don Felipe llevó un traje oscuro con chaqueta cruzada y corbata verde, la reina Letizia llevó un vestido en georgette de seda blanco y bordado en hilo negro con flores, garzas y el símbolo de la longevidad, un claro guiño al Lejano Oriente, un estreno firmado por Felipe Varela. Doña Sofía, un traje en color dorado con bordados y collar de perlas.
Entre los rostros conocidos que no han querido perderse el acto se ha podido ver a Paloma Rocasolano, madre de la reina Letizia; la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, el padre Ángel, Lady Elena Ochoa, los periodistas Luis del Olmo, Gloria Lomana, Rosa María Calaf o Luis María Ansón; políticos como Albert Rivera, acompañado de su pareja Beatriz Tajuelo; los ministros Íñigo Méndez de Vigo, Isabel García Tejerina y Alfonso Dastis. También estuvieron representantes del mundo del deporte como Emilio Butragueño y de la empresa como Alicia Koplowitz y su sobrina Esther Alcocer Koplowitz
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En esta ocasión los galardonados han sido la Unión Europea (Concordia), el artista sudafricano William Kentridge (Artes), el grupo cómico Les Luthiers (Comunicación y Humanidades), la selección masculina de rugby de Nueva Zelanda, All Blacks, (Deportes), que protagonizaron una de las anécdotas de la tarde, con su baile maorí, la pensadora británica Karen Armstrong (Ciencias Sociales), el escritor polaco Adam Zagajewski (Letras), la Hispanic Society of America, (Cooperación Internacional) y los físicos estadounidenses Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish y la Colaboración Científica LIGO (Investigación Científica y Técnica) que también han acudido a Oviedo para recibir de manos de los Reyes, en el Teatro Campoamor, el Premio Princesa de Asturias. Además de los premiados, entre los invitados a este acto había diversas personalidades de diferentes ámbitos de la sociedad.
Este año los galardones han contado con la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Es la primera vez en 36 años, que el líder del Ejecutivo acude a esta ceremonia. El último, y único, en hacerlo fue Leopoldo Calvo Sotelo en 1981, el año en el que se celebró la primera edición de estos premios que por aquel entonces concedía la Fundación Príncipe de Asturias. La asistencia de los líderes de la Unión Europea, condecorados con el premio de la Concordia, y la de Rajoy cobra especial significado con la actual situación política del país.
Una vez dentro doña Sofía se colocó en el palco de honor, mientras que Mariano Rajoy se situó en el escenario. Con todos los invitados y premiados sentados tocó el turno a los Reyes que entraron al teatro entre aplausos. Tras la interpretación del Himno Nacional, por la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, ha dado comienzo la ceremonia. A continuación hicieron su entrada los galardonados bajo los compases de la obra Two ayres for cornetts and sagbuts, del compositor británico John Adson. Una vez situados todos los premiados en sus lugares correspondientes, el Rey ha cedido la palabra al presidente de la Fundación, Matías Rodríguez Inciarte, quien ha hecho balance y resumen de las actividades de la institución durante todo el año y tuvo unas palabras de agradecimiento para doña Sofía y mandó todo su "afecto y cariño" a la Princesa Leonor.
El acto lo ha cerrado el Rey con una palabras que ha comenzando "expresando todo nuestro afecto y solidaridad a las miles de personas que en Galicia, en Asturias, en Castilla y León y en la nación hermana de Portugal, han sufrido los terribles incendios de los últimos días". También tuvo un recuerdo para su primogénita, la gran ausente en los premios que llevan su nombre. "Como en cada edición de los Premios -y desde hace cuatro ediciones, teniendo muy presente a nuestra hija la Princesa de Asturias-, la Reina y yo asistimos a esta cita con la convicción de que nuevamente esta tarde los mejores valores humanos llenarán el tetro Campoamor de gratitud y reconocimiento; unos sentimientos que dedicamos a hombre y mujers excepcionales, a proyectos y logros extraordinarios, y que queremos compartir con el resto del mundo, dijo el Rey. A continuación siguió su discruso ensalzando los valores y las cualidades de algunos de los premiados. "Agradecemos a todos los premiados que, con su genio y su compromiso, nos ayudan a acercarnos a algunos de los aspectos más positivos de la vida, de nuestra existencia, de nuestro mundo", prosiguió Don Felipe.
En la parte final de su discurso el monarca hizo alusión a la actual situación política del país. "España tiene que hacer frente a un inaceptable intento de secesión en una parte de su territorio nacional, y lo resolverá por medio de sus legítimas instituciones democráticas, dentro del respeto a nuestra Constitución y ateniéndose a los valores y principios de la democracia parlamentaria en la que vivimos desde hace ya 39 años". El Rey prosiguió diciendo que "durante las últimas décadas los españoles hemos continuado nuestra historia, haciendo honor a nuestra decisión soberana de convivir juntos en democracia. Hemos vivido y compartido éxitos y fracasos, triunfos y sacrificios, que nos han unido en alegrías y sufrimientos. No lo podemos olvidar. Como no quermos ni podemos renunciar a lo que juntos hemos construido, sumando las aportaciones de todos, que constituye un valiosísimo legado que a todos y cada uno nos pertenece por igual".
Y continuó por la misma línea al afirmar que "ello ha sido posible gracias a una España cimentada en el deseo sincero de convivencia y de entendimiento; en el respeto de las normas y de las reglas de la democracia; en reconocer con grandeza y generosidad los errores del pasado para no caer de nuevo en ellos; una España en la que todos sus ciudadanos -cualesquiera que fuesen sus ideas, dondequiera que nacieran o vivieran- tuviesen la oportunidad de encontrar su lugar en paz y libertad, sin temores ni miedos a la imposición ni a la arbitrariedad, alejados del rencor y las fracturas".
Don Felipe también aseguró que "ningún proyecto de futuro se puede construir basándose en romper la convivencia democrática; ningún progreso y libertad se sustenta en la desafección, ni en la división -siempre dolorosa y desgarradora- de la sociedad, de las familias y de los amigos; y ningún proyecto puede conducir al aislamiento o al empobrecimiento de un pueblo".
"La España del siglo XXI, de la que Cataluña es y será una parte esencial, debe basarse en una suma leal y solidaria de esfuerzos, de sentimientos, de afectos y de proyectos. Una suma que siga alimentando nuestra vocación universal, nuestro legítimo orgullo de pertenecer a la gran realidad democrática que es Europa".
Acabó su intervención: "Y en estos tiempos duros y difíciles que vivimos, es necesario más que nunca reivindicar los principios democráticos en los que creemos y en los que se sustenta nuestra vida en común. Son tiempos para la responsabilidad. Nuestros ciudadanos lo merecen. Unos ciudadanos que desean convivir y progresar en paz y que diariamente ofrecen un ejemplo de sacrificio, entrega y compromiso con su país, finalizó Felipe VI.
En esta edición, eran muchos los que pensaban que la Princesa Leonor podría acudir a la entrega de estos premios, pero, de nuevo, no ha estado en Oviedo junto a sus padres. Tampoco estará la infanta Sofía. La hija mayor de Felipe VI y doña Letizia cumplirá 12 años el 31 de octubre y será la gran ausente en estos galardones que llevan su nombre desde que, tras la proclamación de su padre, el 19 de junio de 2014, se cambiara su nominación para adaptarlos a la heredera.
De seguir los pasos de su padre, que acudió por primera vez a esta gala en 1981 cuando tenía 13 años -donde dio su primer discurso- el 2018 podría significar el debut de la Princesa presidiendo sus premios. Un estreno que, seguramente, lo haría arropada por sus padres, como le ocurrió al por entonces al joven Príncipe.
Después, con los sones de las gaitas de Asturias, patria querida, himno del Principado, que el Rey estuvo tarareando, los premiados abandonaron el teatro. Este es el primer discurso que Felipe VI concede después de que el pasado 3 de octubre se dirigiera, de manera excepcional, a los españoles a través de un mensaje televisado con motivo de la delicada situación política en Cataluña.
La agenda de Sus Majestades en el Principado finalizará este sábado, 21 de octubre, cuando visiten Poreñu, una aldea de 113 habitantes de Villaviciosa galardonada con el título de Pueblo ejemplar de Asturias como reconocimiento por su trabajo para mantener vivas algunas de las tradiciones ancestrales de la localidad y su movimiento asociativo para mejorar las condiciones de vida de sus vecinos.