La Reina ha dado la imagen de España más brillante. “Ha deslumbrado”, que no lo decimos nosotros que lo dice la prensa británica, en las grandes citas de su viaje de Estado al Reino Unido, donde se ha engalanado con las joyas más espectaculares del cofre real y con las más significativas de los lazos con la Familia Real britanica, las de la reina Victoria Eugenia. Si en el banquete de Estado que Isabel II obsequiaba a los Reyes en el palacio de Buckingham, doña Letizia resplandeció con su vestido de lentejuelas rojo español de Felipe Varela y los destellos de la majestuosa tiara de Flor de Lis, de los pendientes de chatones y de una de las pulseras gemelas de pasar. En la cena de gala que el alcalde del distrito financiero de la City ofreció en Guildhall en su honor, conjuntó su vestido de seda azul británico de Carolina Herrera con unos impactantes pendientes de zafiros, se coronó con la tiara floral, puso broche a la noche de diamantes (y sonrisas) y volvió a brillar. Brilló la Reina y brilló España.
Tiara floral
Para una ocasión tan especial como la de anoche, la reina Letizia recurrió a una de sus tiaras favoritas, la conocida como floral. La reina Sofía recibió la joya como regalo de bodas del Gobierno español en 1962. La pieza, de platino y diamantes, es un diseño de firma francesa de joyería Mellerio, fundada en el siglo XVI en París, y puede ser usada como broche y como gargantilla. Está compuesta por cinco flores -dos pares exactamente del mismo tamaño, en los lados, y una central, mucho mayor- con su tallo y sus hojas dispuestas en una sencilla estructura de guirnalda. La infanta Cristina se coronó con ella el día de su boda con Iñaki Urdangarin, celebrada en Barcelona, en octubre de 1997, y tanto la reina Sofía como la reina Letizia han ceñido la tiara con frecuencia en acontecimientos de gala.
Pulseras gemelas de pasar
Sencillamente no podían faltar en ninguna de las dos ocasiones de gala en el Reino Unido, como tantas otras veces no han faltado cuando se ha querido dar la mejor imagen, las impresionantes pulseras gemelas de brillantes que pertenecieron a la reina Victoria Eugenia y que doña Sofía había elegido para un retrato oficial en el año 2007. Proceden de una corona, obra de Cartier, que Alfonso XIII también regaló a su prometida. Llevaba esmeraldas, rubíes y diamantes con los que, tras desmontarse la pieza, se hicieron dos pulseras gemelas. Al asumir Felipe VI la Corona de España, doña Letizia recibió una serie de joyas, que se denominaron “de pasar” porque pasan de reina en reina desde la reina Victoria Eugenia. Las pulseras y otras joyas que la Reina ha llevado en su equipaje pertenecen a esta categoría a Londres.
Pendientes de chatones
La Reina ha lucido la tiara de Flor de Lis en Buckingham como solía hacerlo la reina Sofía, y antes que ella la reina Victoria Eugenia: combinándola con los pendientes de chatones de diamantes. La joya, a juego con el collar de chatones de pasar, ha tenido el favor de las damas reales, generación tras generación, debido a su diseño sencillo y actual. La reina Victoria Eugenia los llevó en su boda, al igual que la infanta Cristina; la reina Sofía se los ha puesto en infinidad de ocasiones de gala y la reina Letizia ha vuelto a elegirlos por segunda vez para lucir la tiara de Flor de Lis como se debe o, lo que es lo mismo, como lo hacía su dueña.
Tiara de Flor de Lis
Es una de las piezas más valiosas del tesoro real y de las más significativas para ceñirla en Buckingham, dados sus lazos con la Familia Real británica, ya que perteneció a la reina Victoria Eugenia de Battenberg, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, tatarabuela a su vez de la actual monarca británica. Fue creada en 1906 por la firma española Ansorena en platino y brillantes en forma de cestillo con charnelas que permiten lucirla cerrada o abierta. Un regalo de Alfonso XIII a su prometida, la princesa Victoria Eugenia de Battemberg, quien la luciría el día de su boda, el 31 de mayo de 1906. Fabricada en platino con incontables diamantes engastados sobre mil granos, la diadema presenta flores de lis, emblema heráldico de los Borbones, unidas por roleos y hojas vegetales de diamantes y ondas decrecientes.
La reina Sofía la ha llevado en grandes solemnidades: la primera vez durante una cena ofrecida por la reina Isabel de Inglaterra, la última para despedirse de su reinado. Y la reina Letizia, que la estrenó en la cena de gala celebrada con motivo del viaje de Estado a España del presidente de Argentina, Mauricio Macri, y su esposa, Juliana Awada, ha seguido una vez más el ejemplo de doña Sofía y se la ha puesto a su vez en su encuentro con Isabel II en Palacio. Por último el broche de flor de lis, emblema de los Borbones, que forma parte de la tiara Princesa que le regaló el rey Felipe VI –se puede desenganchar y llevar como tal-, ha puesto broche de diamantes a las citas de gala en el Reino Unido.