Diario de viaje: muchos motivos para brindar en la cena de gala del Palacio Imperial
Don Felipe y doña Letizia se encuentran en viaje de Estado, del 4 al 7 de abril, en Japón
Por muchos factores esta cena de gala en Tokio es de las que hace historia. Desde el año 2008 las puertas del Palacio Imperial no se abrían para recibir a un Jefe de Estado español -en esa ocasión fueron los reyes don Juan Carlos y doña Sofía los invitados-, además se trata del primer viaje a Asia del reinado de Felipe VI mientras se bajara una posible abdicación en el horizonte y la princesa Masako, cada día más recuperada, ha recibido por primera vez en público a doña Letizia. ¡Muchos motivos para brindar!
A un país que le recibía con los cerezos en flor y en plena primavera –cuando se celebran algunas de las festividades más destacadas en el país- doña Letizia ha acudido con la Tiara Floral, una de sus favoritas, el brazalete Cartier y el vestido azul noche de Varela bordado de hojas con hilo y cristal marino, prusia y zafiro que estrenó en el verano de 2015 para recibir al Presidente de Perú.
Mientras, la emperatriz Michiko ha vestido un elegante diseño en blanco y oro en blanco con una gargantilla de diamantes. Tal y como nos cuenta Pilar Rubines, enviada especial de ¡HOLA! en Japón, ya no es frecuente ver a la Emperatriz luciendo diademas, algo que sí hacen sus nueras y nietas, por lo que se han podido contar hasta doce tiaras en una mesa que estaba dispuesta, como cabía esperar, a modo imperial.
Tras más de una década de tristeza y de abandonar su retiro en contadísimas ocasiones, una de ellas para recibir a su amiga Máxima de Holanda, la princesa Masako ha recibido con los brazos abiertos a los Reyes, acudiendo a la ceremonia de bienvenida de este misma mañana y participando también en la cena gala. Cada día más recuperada y con una sonrisa que es motivo de alegría dentro y fuera del Imperio, la futura Emperatriz llevó la diadema de diamantes y perlas de inspiración fringe conocida como la “salida del sol” y el collar a juego.
Lejos quedan los días en los que Naruhito era el “príncipe solitario” que acudía sin su mujer a viajes oficiales y citas internacionales, como la boda de don Felipe y doña Letizia. Tras un largo proceso de recuperación, Masako vuelve a estar al lado del Príncipe Heredero y lo hace en un momento crucial, cuando se comienza a barajar la posibilidad de una abdicación y la consecuente apertura de una nueva era, tal y como manda la tradición del Imperio. El Heredero de la Casa Imperial tiene en este sentido muchas similitudes con el rey Felipe, ya que ambos se han formado desde la cuna y lo ha hecho internacionalmente para reinar en un mundo global. Naruhito ha demostrado una gran capacidad para unir las tradiciones y costumbres propias de un país con raíces milenarias y una visión cosmopolita.
Al tratarse del primer viaje de don Felipe como Rey al Imperio del Sol Naciente, el Emperador le ha distinguido con el collar de la suprema orden del Crisantemo y a doña Letizia con el gran cordón de la orden de las Flores de Paulownia. En ese sentido hay que recordar que los emperadores ya cuentan con las máximas distinciones de la corona española de la época de don Juan Carlos y doña Sofía.
El emperador con su discurso felicitando a don Felipe por su proclamación como Rey de España y recordó cómo fue su primer viaje a nuestro país, en 1953, con 19 años y como parte de su gira europea tras ser investido Príncipe Heredero, una viaje en el que se “estrenó” ante el resto de monarquías representando a su padre en la coronación de la Reina de Inglaterra. Con cariño el Emperador recordó también esa primera visita de don Juan Carlos y doña Sofía a Japón, en 1962 y como parte de esa luna de miel en la que los futuros Reyes de España se presentaron ante el resto del mundo.
Especialmente emocionante fue el agradecimiento del Emperador por conceder el Premio Princesa de Asturias –entonces Príncipe de Asturias- a los héroes de Fukushima, “un generoso gesto que animó el corazón de los japoneses que había sufrido el terremoto”.
El Rey, además de agradecer la invitación y la cálida acogida, destaco el agradable recuerdo que tanto él como doña Letizia guardan de su viaje como Príncipes de Asturias en el año 2005. No es de extrañar, ya que el matrimonio acababa de celebrar su primer aniversario de boda y la Reina estaba embarazada de cuatro meses. “Nuestros pueblos se conocieron hace 468 años con la llegada del misionero español Francisco Javier a Japón; y a principios del siglo XVII la Embajada Keicho viajó a Europa, con el apoyo de España, para entablar relaciones con nuestro país” recordó don Felipe.
Fotogalería: ¿Quién es quién en la Familia Imperial japonesa?
El menú, a medio camino entre el Lejano Oriente y occidente, ha estado compuesto por un consomé de nidos de golondrina, redondo de cordero con ensalada, helado Monte Fuji, vinos y champán franceses. Todo ello servido sobre una mantelería blanca en la que destacaban una vajilla con detalles de oro y crisantemos -esta flor es para los emperadores lo que la flor de lis para los Borbones, un emblema nacional y un sello- y unos centros de rosas en rojo y amarillo, un guiño a la bandera española. Todo ello con una música que de nuevo mezclaba temas japoneses con piezas de Mendelssohn, Haydn, Pachelbel y Albéniz.
A la cita con los Reyes de España acudió toda la Familia Imperial, en la que no se encuentra la princesa Sayako, única hija de los Emperadores y que, como manda la Ley de la Casa Imperial, perdió su título de Princesa y el tratamiento de Alteza Imperial al contraer matrimonio. Así que a la mesa con don Felipe y doña Letizia se sentaron los Príncipes de Akhisino con sus dos hijas, las princesas Mako –que con 24 años se ha convertido en una gran embajadora, dentro y fuera del Imperio, además de ser muy llamativa por su belleza- y su hermana Kako, de 22 años. Por tanto solo fueron los pequeños de la familia -Aiko, hija de los Príncipes Herederos, e Hisahito, tercero en la línea sucesoria- los ausentes en esta cena, como es normal en este tipo de encuentros.
Los Reyes aterrizaron en el aeropuerto de Haneda (Tokio) el martes 4 de abril en viaje de Estado y fue este miércoles cuando comenzaron con una agenda oficial en la que se mezclaron las tradiciones con el futurismo. Don Felipe y doña Letizia fueron recibidos por el emperador Akihito y la emperatriz Michiko en Palacio Imperial en una solemne ceremonia de bienvenida en la que también estuvieron presentes los Príncipes Herederos, Naruhito y Masako. La siguiente cita para los Reyes fue con la colectividad española en Japón en donde el Rey quiso agradecer a esos españoles que “proyectan en el mundo la mejor imagen y al mejor realidad de España”.
El programa continuará el jueves cuando las 8:30 de la mañana (hora local) se celebrará un desayuno de trabajo con empresarios japoneses con intereses en España, tras la que tendrá lugar una reunión del Comité Bilateral de Cooperación Empresarial España-Japón y dos, una con personalidades japonesas vinculadas al hispanismo y otra con los Premios Princesa de Asturias. Esa misma tarde tendrá lugar otro de los actos centrales de este viaje, el encuentro con Shinzo Abe, el Primer Ministro de Japón en el Palacio Akasaka.
El viernes 7 de abril terminará este viaje con un traslado en entre hasta la ciudad de Shizouka en conde los Reyes visitarán el Centro de Estudio, Concienciación y Prevención de Catástrofes Naturales provocadas por Movimientos Sísmicos y el mágico templo de Sengen Jinja.
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