La Reina y la Primera Dama de Argentina coinciden en color y en estilo durante su primer encuentro en Madrid
Su visita de Estado a nuestro país durará dos días
Todas las partes se habían implicado en que la visita de Estado del Presidente y la Primera Dama de Argentina a nuestro país no fuera una más, y no lo ha sido desde el mismo principio: la bienvenida oficial. Los reyes Felipe y Letizia han estrenado hoy un nuevo formato de recibimiento oficial en el Patio de la Armería del Palacio Real, en lugar del tradicional de las últimas tres décadas en los jardines del Palacio de El Pardo, durante su acogida al mandatario Mauricio Macri, y su esposa, Juliana Awada. Un gran despliegue ceremonial que denota la grandeza de España y a su vez el mayor de los afectos para con el país invitado.
Los Reyes han obsequiado con los máximos honores a la pareja presidencial argentina, que llegó escoltada por motos hasta la Puerta del Príncipe y a continuación por un escuadrón de coraceros a caballo de la Guardia Real. Una vez en la Plaza de Armería, engalanada para la ocasión con reposteros, tuvieron lugar los saludos protocolarios, la interpretación de los himnos nacionales de ambos países, los disparos de 21 salvas de ordenanza, la revista a las tropas y un desfile. Gestos grandilocuentes de amistad que se han hecho concisos al verse.
La Reina ha ejercido de perfecta anfitriona de la perfecta invitada, la Primera Dama de Argentina, en su primer encuentro en un Madrid majestuoso. Ambas han coincidido en color y en estilo cumpliendo sobradamente las expectativas de elegancia. Doña Letizia rescató para la ocasión un favoredor traje de Felipe Varela que estrenó con ocasión de su viaje a Estados Unidos en 2013 y que ha repetido apenas tres veces más: en la entrega del collar del Toisón de Oro a Enrique V. Iglesias en 2014; en la entrega de los Premios Reina Sofía del Real Patronato sobre la Discapacidad en 2015 y en su visita a Puerto Rico en 2016. Hoy, como en cada una de sus anteriores puestas, lo ha llevado con un cuerpo de encaje de su diseñador de cabecera; unos salones nude en charol de Magrit y una cartera de mano de Varela. Los nuevos pendientes, rosas como todo el atuendo, y un moño italiano daban al conjunto un toque años cincuenta, muy Jackie.
Casualidad o no, también la Primera Dama de Argentina evocaba a Jacqueline. Juliana Awada ha tendido sus redes de sofisticación, glamour y temple presidencial en su primera aparición en la capital, con un abrigo con cuello de piel, un delicado top de encaje y unos zapatos de Valentino, y Madrid ha caído rendido a sus encantos. La Primera Dama ha hecho patria con su peinado al recoger su larga melena en un moño clásico al estilo de Evita Perón.
La apretada agenda oficial de esta mañana del mandatario Marcelo Macri ha concluido con una reunión de trabajo con el rey Felipe en el palacio de La Zarzuela, tras la cual anfitriones e invitados han almorzado juntos. Los Reyes han recibido con los brazos abiertos al Presidente y Primera Dama, que les han correspondido con sonrisas de gratitud. Pero han vuelto a ser las demostraciones públicas de cariño de la pareja presidencial -esta vez han posado de la mano ante la escalinata de Zarzuela junto a los reyes Felipe y Letizia-, las que han puesto la nota social a su agenda oficial.
Este ha sido el primer encuentro de los cuatro que aguarda este viaje para doña Letizia y Juliana, que ya coincidieron en Buenos Aires en 2013, cuando los entonces Príncipes de Asturias viajaron a Argentina para apoyar la candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos. La visita de Estado despierta una gran expectación puesto que Juliana Awada está considerada una de las primeras damas más admiradas por su magnetismo, belleza y elegancia. Tal y como se puede leer en la revista ¡HOLA! de esta semana, ya a la venta, Juliana dejó su trabajo como diseñadora en la firma de moda que fundaron sus padres en los años sesenta para acompañar a su marido en las obligaciones presidenciales –Macri tomó posesión en 2015.
Entre las mujeres a las que Juliana admira está la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, de hecho ella también ha creado un huerto en la residencia oficial como hizo Michelle en la Casa Blanca. “Trato de ser yo misma, pero siento por ella una profunda admiración. Es brillante, inteligente... Y lo que más me gusta de ella es el concepto de familia” ha dicho de ella. Juliana tiene dos hijas, Valentina, de 14 años, de una relación previa, y Antonia, de cinco, de su matrimonio con Mauricio Macri –él tiene otros tres hijos de su primera esposa.
Esta noche asistirán a una cena de gala en el Palacio Real, ofrecida en su honor por don Felipe y doña Letizia. Todas las miradas estarán pendientes de esta velada, una ocasión en la que doña Letizia y Juliana Awada darán la mejor imagen de sus respectivos países. Y no solo eso el jueves 23 de febrero, Sus Majestades, el presidente y su esposa inaugurarán la 36ª edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO, en la que Argentina es el país invitado. Esa noche, en el Palacio Real de El Pardo, el presidente argentino y su mujer ofrecerán una recepción en honor de los Reyes.
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Aparte de la reunión de Macri con el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; la entrega de las llaves de la ciudad de Madrid de manos de la alcaldesa Manuela Carmena, y la visita a las Cortes, donde ha pronunciado un discurso, se ha comentado también que podría haber un encuentro entre el presidente y el académico Mario Vargas Llosa, que se conocieron hace menos de un año en la pasada visita del Premio Nobel e Isabel Preysler a Buenos Aires, con ocasión de la cena anual de la Fundación Internacional para la Libertad que tuvo lugar en la capital argentina. Esta mañana solo ha sido el principio.