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La sentencia del caso Nóos se ha conocido al mismo tiempo que los Reyes han cumplido con el último acto de su agenda oficial de esta semana. Don Felipe y doña Letizia han sido los encargados de inaugurar en el Museo Thyssen-Bornemisza la exposición "Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias", una cuidada selección de 90 obras procedentes de la colección permanente del Museo de Bellas Artes de Budapest y de la Galería Nacional de Hungría, que podrá visitarse hasta el próximo 28 de mayo.
Los soberanos, que han estado acompañados del Presidente de Hungría, János Áder, y su mujer, Anita Herczegh, han llegado a las 12:00 horas, la misma hora a la que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares ha trasladado a las partes personadas el fallo, que ha determinado la absolución de la infanta Cristina y la condena a seis años y tres meses de prisión para su marido, Iñaki Urdangarin.
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Hemos visto a don Felipe y a doña Letizia con gesto relajado, sonrientes, y charlando con algunos de los presentes, entre los que se encontraba, como no podía ser de otra manera, la Baronesa Thyssen, que para la ocasión ha elegido un elegante total-look rosa pastel. Por su parte, la Reina ha elegido la gama de verdes y beige para visitar el Thyssen, combinando un vestido de tweed de manga larga con un cinturón fino, peep toes y clutch a juego. Además, parece que los pendientes grandes y llamativos se han convertido en su nuevo accesorio de moda favorito, ya que lució unos pedientes articulados de la firma Coolook, de plata cubierta de oro champán con combinación de piedras naturales de amatista, amatista verde y labradorita (se pueden comprar en su web por 624 euros).
A su llegada al Museo, fueron recibidos por la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo; además de los embajadores en España de Andorra, Rusia, México, República Checa, Alemania, Portugal, Francia y Suecia; el director artístico del Thyssen y comisario de la exposición, Guillermo Solana; el director gerente del museo, Evelio Acevedo, entre otras personalidades.
Aunque la Infanta Cristina dejó de ser miembro de la Familia Real en el momento en que su hermano accedió al trono, no ha renunciado a sus derechos dinásticos y sigue siendo la sexta en la línea sucesoria, por detrás de la Princesa de Asturias, la Infanta Sofía, la Infanta Elena y los dos hijos de ésta. A pesar de que hasta el Rey Juan Carlos le pidió a su hija Cristina, vía un intermediario, la renuncia a sus derechos dinásticos, ella no ha querido dar ese paso, hasta la fecha. Y desde la Casa del Rey se insiste en que esa renuncia le corresponde en exclusiva a ella.
Lo que sí estaba en manos de Felipe VI, y así hizo, fue despojar a su hermana del título de Duquesa de Palma, que le había otorgado Juan Carlos I con motivo de su enlace con Iñaki Urdangarin. Esa decisión provocó un enfrentamiento entre los dos hermanos, que se escenificó a través de un cruce de comunicados en el que la Infanta, primero, quiso presentar la decisión como una renuncia voluntaria al título y la Casa del Rey se vio obligada a desmentirla. Lo que nadie podrá arrebatarle a Cristina de Borbón es su condición de Infanta, que tiene simplemente por ser hija de rey Juan Carlos.
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