La Reina despide con inmenso cariño a la Primera Dama de Alemania sin título
Los Reyes han abierto las puertas del Palacio de La Zarzuela al Presidente de Alemania, Joachim Gauck, y a su pareja, la señora Daniela Schadt, que devuelven a don Felipe y doña Letizia hoy en España la visita que les hicieran a Alemania en diciembre de 2014 y corresponden a aquella presentación como Reyes, en aquellos meses posteriores al relevo en el trono, con la misma cortesía en su despedida del cargo presidencial, meses antes de concluir los cinco años de mandato.
Los reyes Felipe y Letizia vuelven a coincidir por segunda vez con el que ha sido calificado por la prensa de su país como el mejor Presidente o el Presidente de corazones y con su novia, la atractiva periodista con la que comparte su vida desde hace 17 años y que ejerce de hecho el papel de Primera Dama, pese a que el mandatario, pastor luterano además de político, permanece legalmente casado por creencias religiosas con su esposa, Gerhild Gauck, madre de sus cuatro hijos, Christian (nacido en 1960), Martin (1962), Gesine (1966) y Katharina (1979).
La misma buena sintonía que se advirtió en su primer encuentro en el palacio de Bellevue ha vuelto a comprobarse hoy en el palacio de La Zarzuela en el cálido recibimiento. El saludo entre anfitriona e invitada estaba más cerca de un abrazo que del protocolario apretón de manos y ambas han hecho guiños a sus respectivos países con sus atuendos. Rojo español el de la señora Daniela Schadt y de firma alemana (Hugo Boss) el de la Reina.
Se esperaban muestras como estas de afinidad entre ambas damas que, con título oficial o sin él, tienen muchos puntos en común: una mentalidad abierta, una trayectoria de éxito en el mundo del periodismo y una renuncia a su vocación por amor. Porque cuando Joachim ascendió a la presidencia, Daniela se vio obligada a dejar su trabajo como redactora jefa de la sección de política del diario Nürnberger Zeitung para entregarse al papel de Primera Dama, que por denominación no le pertenecería del todo, pero que por méritos en el cargo de sobra lo había ganado.