El carrito de la compra de los Reyes se llenó de muestras de cariño de los valencianos en su visita al Mercado Central con motivo de la celebración de su centenario. Los vendedores y los clientes, muchos de ocasión y muchos de toda la vida (algunos literal como Consuelo Icerte), se fueron cargados a su vez con el mejor género: los kilos de simpatía de don Felipe y doña Letizia. Díez kilos y cuarto y mitad en fotografías de móvil, cien kilos y medio en apretones de manos, mil kilos y tres cuartos en sonrisas, y toneladas en saludos.
Los reyes Felipe y Letizia, que ostentan la presidencia honorífica del Centenario del Mercado Central, correspondían a la invitación efectuada por la Asociación de Vendedores, pero no habían ido sólo a cumplir a Valencia, sino a dar de verdad la mejor calidad como soberanos. Se han mostrado muy cercanos con todos en su trayecto por los diferentes puestos de frutería, pescadería, charcutería y demás; han charlado con algunos de los trabajadores del Mercado Central, y se han volcado en gestos con Consuelo Icerte, una señora de 102 años que sigue acudiendo al centenario edificio para hacer sus compras. Los Reyes firmaron en el libro de Oro del Mercado Central y de allí se fueron con una cesta repleta de productos de la huerta valenciana y el mejor sabor.
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Antes estuvieron en la Lonja de Valencia, en el acto de entrega de los Premios Rey Jaime I, dotados con 100.000 euros en cada especialidad, en reconocimiento a Francisco Martínez Mojica (Investigación Básica); Albert Marcet Torrens (Economía); Elias Campo Güerri (Investigación Médica); Hermenegildo García Gómez (Nuevas Tecnologías); Alberto Gutiérrez Garrido (Emprendedor); y Miguel Bastos Araújo (Protección del Medio Ambiente).
Durante la ceremonia se guardó un minuto de silencio por la senadora y exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, fallecida ayer por un infarto, para la que el Rey tuvo palabras de recuerdo. Expresó, en su nombre y en el de la Reina, su “más sincera condolencia”; se unió “al duelo de su ciudad y al de sus familiares y allegados”, a quienes les envió su “respeto”, y recordó: “Como alcaldesa compartimos muchos acontecimientos importantes en las últimas décadas de la vida de Valencia, como estos premios Jaime I, que apoyó desde el primer momento de manera entusiasta”.
Con la misma vehemencia el rey Felipe, que comenzó y terminó su intervención en valenciano, defendió que en España se hace “muy buena ciencia”, pero que es necesario “redoblar los esfuerzos” en lo que a incrementar inversión pública y privada se refiere, que “no están todavía al nivel de los países que nos rodean”. Subrayó que es “el momento de dar un nuevo impulso” y de situar la investigación, el desarrollo y la capacidad emprendedora entre las principales prioridades de nuestro país: “Esta es una de las mejores maneras de lograr mayores garantías de crecimiento, de desarrollo y de competitividad y, por tanto, de capacidad de generar y repartir más riqueza y bienestar. Nos jugamos mucho, ya que desafíos como la salud, el cambio demográfico, la seguridad y salud alimentaria, la agricultura sostenible o la energía segura limpia y eficiente dependen de ellos. Un esfuerzo de todos que hará que todos salgamos ganando”.