La reina Sofía sorprendió en Semana Santa especialmente por su buen aspecto. ¡Qué guapa está! era el sentir general al ver el reportaje de la Familia Real que la revista ¡HOLA! publica esta semana de su estancia en Palma. Habrá quien se pregunte por qué estaba tan radiante, si el brillo de aquellos días se debía a los buenos aires de su querida Mallorca o algún secretillo de belleza. Pero posiblemente no sea esplendor de un único motivo, sino de varios.
Empezando por una nueva vida, mucho menos ajetreada como segunda de a bordo de los actuales Reyes, desde el relevo en el trono. Por supuesto la soberana continúa fiel a sus causas más queridas, aunque ahora la agenda oficial le permite también dedicar más tiempo a su familia, su otro gran desvelo. A sus ocho nietos y a sus tres hijos, con especial atención y cuidados a la infanta Cristina en estos momentos de necesidad de mucho apoyo. Ya se sabe que la satisfacción personal es fuente de belleza.
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Así el feliz reencuentro con los suyos, los reyes Felipe y Letizia y sus nietas la princesa Leonor y la infanta Sofía; el regreso a Mallorca, una isla que le recuerda a (y en la que se siente en) casa, y el deber cumplido con la tradición, que tanto concuerda con toda una vida de entrega a los valores, explicaban esta luminosidad sin sombras. En parte. Sólo en parte porque además hay que reconocer que la materia prima (unos bonitos ojos azules, unos rasgos armónicos, una excelente estructura ósea), los hábitos alimenticios (es vegetariana) y la aplicación del maquillaje (muy recomendable para las mujeres mayores de 50 años) contribuyen lo suyo al mejor resultado: no podía estar más guapa.
El maquillaje es sin duda uno de los grandes aciertos de su última aparición oficial en Palma. Muy favorecedor y muy aconsejable para una mujer de edad madura, porque sin perder la naturalidad levanta el rostro con apenas unos puntos de color: en las cejas, muy bien definidas; en los labios, con un labial nude dos tonos por encima del propio, que marca y que a su vez aporta jugosidad, y con un colorete muy natural, pero refrescante. Por otro lado se mantiene fiel a la raya del ojo (posiblemente gris) para resaltar su mirada azul y a su corta melena de siempre, si bien ahora en un castaño frío con reflejos ceniza, que pocas pueden llevar, pero que a ella le sienta sensacional. Y, repetimos, sin olvidar que quien tuvo, retuvo.
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