Lo que bien empieza, bien acaba. Los reyes Felipe y Letizia concluyeron su intenso viaje oficial a Estados Unidos con el mismo entusiasmo del primer día y un apretado programa en la ciudad de San Agustín, en La Florida, con motivo del señalado 450º aniversario de su fundación. Se trata del asentamiento europeo en suelo norteamericano más antiguo, después de San Juan, en la caribeña isla de Puerto Rico. Hoy en día es una ciudad de 13.000 habitantes con gran influencia española en sus calles, edificios y monumentos y es que, aunque pasó a manos de la corona inglesa de forma pacífica en 1763, con el resto del territorio de Florida, años más tarde volvería a ser español como consecuencia de la Batalla de Pensacola, en la que el general español y entonces gobernador de Luisiana, Bernardo de Gálvez, reconquistó territorios españoles, que más tarde quedaron constatados en el Tratado de Paris de 1783. Finalmente, en 1821, España vendió la Florida a Estados Unidos. Así que los Reyes no quisieron marcharse del país sin participar en la celebración de este aniversario.
La última jornada de la visita de don Felipe y doña Letizia arrancó en el Castillo de San Marcos, donde fueron recibidos con los brazos abiertos por Nancy Shaver, alcaldesa de San Agustín; por un grupo de voluntarios vestidos con traje de época de la milicia de la Guarnición de San Agustín, y por varias salvas de cañón. En la terraza superior, el rey Felipe y la reina Letizia recibieron el saludo de Juan Miguel Salas, presidente de la Fundación Nao Victoria. El Galeón San Pelayo, réplica navegable del galeón español diseñado por Pedro Menéndez de Avilés, a cuyo mando desembarcó en San Agustín, lo que marcó el inicio de la presencia española allí, se encuentra navegando por la ría, cerca del fuerte, y pudo ser observado desde allí.
En su recorrido por la ciudad, don Felipe y doña Letizia visitaron, además del Castillo de San Marcos, el Lightner Museum, donde los soberanos donaron a la ciudad un cuadro de Pedro Menéndez de Avilés realizado por el pintor Amado González Hévia “Favila”; la Casa de Gobierno, donde el rey Felipe pronunció unas palabras en inglés desde el balcón frente a la plaza; la Basílica Catedral de San Agustín, donde acompañados por Felipe J. Estévez, obispo de la Diócesis de San Agustín, y Thomas Willis, párroco de San Agustín, asistieron junto al altar a una breve oración de bendición y dedicación de las campanas a la Corona española. Allí, una vez en el exterior, el rey Felipe accionó un mando que inicia el movimiento y sonido de las campanas, y finalmente concluyeron este primer contacto con la ciudad en el monumento a la Constitución Española de 1812.
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A continuación, la alcaldesa de San Agustín ofreció un almuerzo en honor de los Reyes en el Flagler College. A su llegada fueron recibidos por Rick Scott, gobernador de Florida, y William T. Abare, presidente del Flagler College. Tras los saludos protocolarios a los invitados, las palabras de la Alcaldesa de San Agustín, del Gobernador de Florida y del Rey precedieron el almuerzo. Por la tarde, los Reyes hicieron entrega del Premio Bernardo de Gálvez al presidente y consejero Delegado de Ford, Mark Fields, en el hotel Casa Mónica. Posteriormente, regresaron al Flagler College para asistir a la inauguración del XX Foro España-Estados Unidos, acto que cerró el viaje.