La tradicional recepción de los Reyes a una representación de la sociedad balear ha reunido un año más a don Felipe y doña Letizia con cerca de 400 invitados. En esta ocasión, la lista de asistentes se amplió con más representantes de asociaciones de carácter social, organizaciones no gubernamentales, fundaciones, profesionales de la cultura y más representantes del sector primario, en el ámbito económico, tal y como explicaron fuentes de la Casa del Rey.
Empresarios, sindicalistas, jóvenes deportistas, ONG, colectivos sociales e invitados del mundo académico, científico, de la comunicación y cultural completaron la amplia lista de invitados. El número de invitados supera en un 35 por ciento el convocado el pasado verano, una muestra de la progresiva apertura hacia la sociedad balear que los Reyes comenzaron el pasado año y también del carácter moderno que han imprimido a esta recepción, con la que sustituyeron la cena anual que se ofrecía antes.
En el palacio de la Almudaina, don Felipe y doña Letizia, acompañados por la reina Sofía, saludaron a cada uno de los invitados antes de pasar a la recepción. Sin embargo, no recibieron solo a sus invitados, sino que antes de entrar en el palacio, los tres se pararon a atender a las más de 500 personas que se agolpaban a las puertas de este.
No faltaron elogios, en la distancia corta, a la elegancia de la Familia Real española. Al Rey, muy apuesto con traje azul y corbata en brillante tono rojo, y por descontado a las damas. La Reina se ganó numerosas alabanzas con un conjunto negro: una camisa con volante en los laterales de Mango, que ya llevó el verano pasado en el concierto en el concierto de Jaume Anglada y un pantalón a tono, que ha vestido también con anterioridad.
Como complementos, lució un bolso de mano de Adolfo Domínguez y unas sandalias abiertas de Magrit y, para coronar esta puesta de noche, haciendo un guiño a Mallorca y a los empresarios de la isla, estrenó unos pendientes de amatistas verdes de Coolook, firma creada por la mallorquina, Mar Aldeguer. La diseñadora, que reside en Madrid, donde regenta su tienda, es una de las herederas de Gordiola, una empresa familiar con sede en Palma. La reina Sofía también conquistó con blusón y pantalones que combinaban diversos tonos de marrón y marfil.
Espontáneos saludos, fotografías con el móvil y un buen estruendo de vítores y aplausos esperaban a los Reyes que respondieron con cercanía y naturalidad a estas muestras de cariño. A esta cita acudieron la presidenta balear Francina Armengol, la delegada del Gobierno Teresa Palmer; los chefs Fernando Arellano y Andreu Genestra, que fue el encargado de elaborar el menú de esa noche, las escritoras Carme Riera y Rosa Planas, el músico y gran amigo de los Reyes Jaime Anglada, el pintor Ramón Canet, la cantante Chenoa, la nadadora Marga Crespí y el músico Joan Valent, entre muchos otros.
Don Felipe había estado por la mañana participando en la 34ª Copa del Rey de Vela al frente de la tripulación del Corel 45 Aifos, una regata que siguieron con atención su hermana Elena y sus hijos. A doña Letizia sólo se la había podido ver el pasado lunes en el posado que los Reyes hicieron con sus hijas en el palacio de Marivent. Esta fue la primera aparición pública de la Reina tras el fallecimiento de su abuelo materno, Francisco Rocasolano. Tampoco se ha visto tras el posado a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Las niñas respondieron entonces con espontaneidad y naturalidad a la gran nube de cámaras que las esperaban en la puerta de Marivent. Con una sonrisa y voz firme, saludaron junto a sus padres a la prensa y recibieron los mimos de los Reyes mientras posaban.
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Doña Sofía lleva más tiempo en la isla y, un año más, se la ha visto ejerciendo de abuela atenta y cariñosa. La pasada semana acompañó a los hijos de la infanta Cristina y la infanta Elena al curso de vela que hacen todos los años y también estuvo en la entrega de diplomas, junto a su hija Elena que pasa estos días con sus dos hijos en la isla.
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