El rey Juan Carlos puede que tampoco goce este año del tradicional verano mallorquín, pero eso no significa que no vaya a tener su merecido descanso. Ha decidido cambiar de aires estos días de finales de julio y poner rumbo a St. Tropez, destino favorito de la realeza (los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, la princesa Carolina de Mónaco y los Casiraghi, las princesas Beatriz y Eugenia de York son algunos de sus fieles visitantes en la época estival), para disfrutar de unas vacaciones distintas a las acostumbradas hasta ahora.
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Don Juan Carlos recarga pilas en el exclusivo Club 55, al que ha llegado muy sonriente ayudándose por su bastón y vistiendo de sport, polo verde y pantalón rojo a tono con la correa de su reloj. Completaba su veraniego atuendo unas gafas de sol de espejo a la última moda. Durante su estancia en la costa Azul, estará fuera de España, pero estará entre amigos. Y es que, afín con el carácter campechano del rey Juan Carlos, la filosofía del club mantiene que “el cliente no es un rey, sino un amigo”.
No parece probable que a su regreso haga escala en Marivent. Ya el año pasado fue baja en Mallorca por motivos de agenda (una visita oficial a Bogotá al frente de la delegación española para asistir a la toma de posesión del Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con la que inauguraba su actividad institucional tras la abdicación) y, aunque este verano es solo el segundo en el que se ausentaría de la isla, lo cierto es que don Juan Carlos se ha ido retirando poco a poco de Palma, primero debido a sus achaques de salud y ahora debido a sus deseos de ceder todo el protagonismo al rey Felipe.
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