Se han hecho todos los esfuerzos por ambas partes para que la segunda Visita de Estado de los Reyes -la primera a América Latina- fuera en México y para que el intenso programa oficial consumara las estrechas relaciones bilaterales, que pasan por su mejor momento. Y eso incluye también que el presidente Enrique Peña Nieto, que salió ayer mismo del hospital tras haberse sometido el pasado viernes a una operación para extirparle la vesícula, haya puesto en segundo plano su recuperación: en deferencia a los soberanos y a España.
Primero ofreció a los reyes Felipe y Letizia una calurosa bienvenida con los brazos abiertos en el Campo Marte, a la que Peña Nieto acudió acompañado de su mujer, la primera dama Angélica Rivera; luego compartieron almuerzo en la Residencia Oficial de Los Pinos y por último puso el broche de oro a la primera jornada de estancia de don Felipe y doña Letizia con una cena oficial en su honor, que tuvo lugar en el Palacio Nacional y a la que asistieron más de 450 invitados.
Durante la cena, el Rey resaltó que España y México viven momentos de evolución política, social y económica, con sociedades que "reclaman siempre con justicia las cotas más altas de exigencia y de compromiso ético". Por ello, en su discurso apostó por ofrecer respuestas "efectivas, precisas y directas que satisfagan las demandas" de los ciudadanos. Felipe VI también hizo referencia a los intercambios fructíferos que mantienen ambos países "en asuntos clave”. Destacó la relación cultural, el idioma, la cooperación en mecanismos multilaterales, el apoyo de México a España en su candidatura al Consejo de Seguridad de la ONU, pero también el apoyo de España a México en el proceso de modernización del TLC Méxioco-Unión Europea.