"Ni repentina, ni improvisada". El rey Felipe VI ha meditado, y mucho, la decisión que acaba de tomar, revocar el título de Duquesa de Palma de Mallorca a la infanta Cristina. Un paso complicado, ya que al fin y al cabo se trata de su propia hermana, pero que se ha sido considerado como algo que tenía que pasar tarde o temprano, ya que llevaba apartada de toda actividad institucional (no tenía asignados actos ni recibía cuantía alguna) desde finales de 2011, cuando su marido, Iñaki Urdangarín, fue imputado en el caso Nóos.
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La inesperada resolución del Rey se ha hecho pública en un momento muy significativo para doña Cristina, no sólo 24 horas antes de celebrar su 50º cumpleaños, sino también cuando está en el centro de toda la atención pública ante la proximidad del juicio por el caso Nóos (el que será, sin duda, el juicio más mediático de la historia de España), del que se está a la espera de fijar la fecha para que la Audiencia de Palma la juzgue como presunta cooperadora en dos delitos fiscales supuestamente cometidos por Urdangarín.
Para don Felipe no ha tenido que ser fácil, si bien es cierto que revocar su título de Duquesa de Palma era lo único que estaba en su mano, ya que renunciar a sus derechos dinásticos como Infanta es una decisión personal que tendría que tomar ella misma, puesto que es un título connatural, es decir, que le viene de nacimiento por ser hija de rey.
Un cumpleaños muy diferente
Este sábado, 13 de junio, doña Cristina cumple 50 años. Sin embargo, nada será igual. El año pasado por estas fechas, la hija de don Juan Carlos y doña Sofía estaba a punto de conocer si seguía o no imputada en el caso Nóos y faltaban unos pocos días para que su hermano fuera proclamado Rey, una fecha histórica para nuestro país y llena de celebraciones y momentos para el recuerdo de los que tanto ella y como su familia no fueron testigos. Para ella, significó que automáticamente dejaba de formar parte de la Familia Real pasando a tener el estatus de "familia del Rey".
Ahora que ya ha sido despojada del título, no sabemos si la reina Sofía o su hermana, la infanta Elena, viajarán a Ginebra para estar con ella este día tan especial (como ya han hecho en otras ocasiones en fechas señaladas) o si, por el contrario, dejarán pasar un tiempo antes de que las puedan fotografiar juntas de nuevo. Desde luego, no hay duda de que será un día complicado para la Infanta.