Los Reyes han reanudado hoy su primera visita de Estado. Un viaje que tenía como destino Francia en un manifiesto gesto a las excelentes relaciones y que se canceló el 24 de marzo, el mismo día en que comenzaba, debido a la terrible tragedia del avión de Germanwing, en la que perdieron la vida 51 españoles. Ambos países se han implicado profundamente en este viaje, que han planeado desde el principio con mucho esmero, y la última demostración de ese mutuo interés ha sido que no hayan querido posponerlo por mucho tiempo y que hayan vuelto a ajustar el intenso programa -ahora más emotivo con un acto en homenaje a la ayuda de las autoridades galas ante esta catástrofe- a las agendas oficiales apenas dos meses después de aquel primer conato.
Los Reyes han sido recibidos con todos los honores a su llegada este mediodía a París. La quincena de actos en tan solo tres días incluye varias deferencias hacia los nuevos soberanos. La primera ha sido la extraordinaria bienvenida oficial en el Arco del Triunfo. La más importante será la intervención de don Felipe, el miércoles por la tarde, ante la Asamblea Nacional, un honor que se reserva a muy pocos mandatarios extranjeros y del que también disfrutó el padre del Monarca, Juan Carlos I, en el año 1993.
Desde el aeropuerto de Orly, donde les aguardaban el embajador de España en Francia, Ramón de Miguel; el embajador de Francia en España, Jerome Bonnafont, y el secretario de Estado para Asuntos Europeos del Gobierno francés, Harlem Désir, los reyes Felipe y Letizia se han trasladado, escoltados por un escuadrón de motoristas de la Guardia Republicana, hasta el emblemático monumento para el recibimiento oficial por el Presidente de la República Francesa, François Hollande; representando al Gobierno de la República Francesa, la ministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
Son muy pocos -se recuerda el precedente de Isabel II- los jefes de Estado a los que el Presidente de la República recibe bajo el Arco del Triunfo de la capital, donde arrancan los Campos Elíseos que, como ya ocurrió en marzo, llevaban varios días engalanados con grandes banderas francesas y españolas. François Hollande ha decidido tener esta cortesía con Felipe VI y la reina Letizia. Tras la interpretación de los Himnos Nacionales, el Rey y el Presidente francés han pasado revista a las tropas que les rendían honores y frente a la tumba del soldado desconocido han realizado una ofrenda floral. Posteriormente, ha tenido lugar un toque de oración, un momento de silencio y se ha interpretado el himno al soldado desconocido en este emblemático enclave.
Solemne y muy caluroso recibimiento en el que hemos sido testigos de la conversación distendida entre anfitrión e invitados y de la elegancia de la Reina, que recordaba en la elección de su atuendo a su primera visita de presentación a Francia, con una chaqueta en seda cady piedra con cinta de macramé y una falda evasé en seda arena de su diseñador de cabecera, Felipe Varela. Ha completado su primera puesta de su primer viaje de Estado con el bolso cartera que llevó en la Proclamación y unos salones de pitón.
El gesto del Presidente se ha completado con la espectacular comitiva -con despliegue de unidades motorizadas y más de un centenar de jinetes de un escuadrón a caballo de la Guardia Republicana- que ha escoltado a los Reyes por los Campos Elíseos, a lo largo de más de dos kilómetros, hasta la sede de la Presidencia de la República. Allí, en el Palacio del Elíseo, donde el 24 de marzo el Rey y Hollande acordaron suspender la primera visita de Estado del reinado de Felipe VI por las trágicas consecuencias del desastre de los Alpes franceses, en el que murieron 150 personas, 50 de ellas españolas, los soberanos se han reunido de nuevo con el Presidente.
Durante la tarde, Hollande les ha acompañado al Grand Palais para visitar la exposición Velázquez y el triunfo de la pintura española que no pudieron inaugurar el pasado mes de marzo y que desde su apertura recibe una media de 5.000 visitantes diarios. Felices de poder representar al arte del maestro sevillano fuera de nuestro país, donde Felipe VI y doña Letizia han disfrutado mucho de este muestra y que continuará abierta hasta el próximo 13 de julio, y en la que además de poder contemplar alrededor de 60 oléos de Velázquez, también están representados otros grandes pintores españoles, flamencos e italianos.
Para esta visita, la Reina ha decidido cambiar el vestuario con el que ha aterrizado a primera hora de la mañana en París y ha sacado las flores de su armario, llevando la primavera a la capital del amor. Doña Letizia ha lucido una falda de seda bordada con flores, a juego con una blusa de tafetán en azul cobalto. Un conjunto que ya utilizó para acudir junto al Rey Felipe VI al almuerzo organizado recientemente en el palacio real con motivo de la visita del Presidente de la República italiana, Sergio Mattarella.
Después tendrá lugar en el Palacio de Marigny la ceremonia de imposición de condecoraciones, por parte del Monarca, a diversas autoridades y funcionarios franceses, en reconocimiento por la ayuda prestada durante el accidente de Germanwings. Además del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que acompañará a los Reyes, allí estará presente el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, ya que su colega, el ministro Bernard Cazeneuve, será uno de los distinguidos. La primera jornada se cerrará con la cena de gala en el Elíseo en honor de los Reyes, con asistencia de dos centenares de invitados, en la que Hollande y don Felipe pronunciarán sendos discursos.
La agenda del miércoles arrancará en el Ayuntamiento de París, de nuevo con un acto especialmente emotivo, porque la alcaldesa Anne Hidalgo, de origen español al igual que el primer ministro Manuel Valls, ha querido que sean los Reyes quienes inauguren el Jardín de los combatientes de 'La Nueve', liberadores del Ayuntamiento de París el 25 de agosto de 1945. Uno de los republicanos integrantes de aquella primera compañía militar que entró en el París ocupado, Rafael Gómez, estará presente en la ceremonia, a la que seguirá una reunión en el despacho de la alcaldesa y un acto institucional en el que hablará el Rey.
Don Felipe y doña Letizia visitarán después el Senado y acudirán al Palacio de Matignon para reunirse con el primer ministro Manuel Valls, quien les ofrecerá un almuerzo en el que ambos pronunciarán sendos brindis. Ya por la tarde, la Asamblea Nacional recibirá a don Felipe, que al igual que hizo su padre en octubre de 1993, hablará en el hemiciclo a los parlamentarios franceses. Un encuentro con la directora general de la UNESCO, Irina Bukova, incorporado al programa de este viaje, y una recepción con una representación de los residentes españoles en Francia completarán la segunda jornada de la visita de Estado.
El último día tendrá marcado carácter económico, con un desayuno de trabajo del Rey con empresarios franceses y españoles y la clausura del Foro Económico Franco-Español, foros ambos donde el Monarca pronunciará sendas alocuciones. También, en compañía de la Reina, don Felipe acudirá esa mañana al Instituto Cervantes para mantener un encuentro con destacados hispanistas.
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