Coronas, banderas, smartphones y la revista ¡HOLA! para aclamar a Felipe IV
Miles de ciudadanos han aguardado bajo el intenso sol el paso de los Reyes en el centro de Madrid, donde han derrochado entusiasmo y no han dado descanso a sus móviles y tabletas para inmortalizar un día histórico. Desde primera hora muchos eran los ciudadanos y turistas que se acercaban al centro para ver en primera persona a los Reyes. Los que más han madrugado se han ahorrado el corte de calles y las dificultades para acceder a los puntos clave del recorrido, ya que el fuerte dispositivo de seguridad, los registros de mochilas y los rodeos que la policía obligaba a dar han enfadado a quienes apuraron hasta el último minuto, temerosos de perderse el paso del Rolls-Royce.
El entusiasmo ha arrastrado a algunos, hasta el punto de que saludaban incluso a los helicópteros de la Policía, y otros no tenían vivas suficientes para todo el que pasaban: "¡Viva el Ejército!, ¡Viva la Guardia Civil!, ¡Vivan los 'geos'!, ¡Viva la Marina!, ¡Viva la Policía!", coreaban sin descanso. Perros ataviados con la bandera nacional, un espontáneo tocando el himno con una armónica, chicas con coronas sobre sus cabezas y gente 'estresada' ante tanto 'quehacer': "Quiero mover las banderas al mismo tiempo que hago fotos, ¡y no puedo!", se lamentaba una mujer, visiblemente agobiada.
No sólo el tiempo ha sido distinto al día de la boda de don Felipe y doña Letizia -hoy los paraguas (y había muchos) eran para protegerse del sol, no de la lluvia-, sino que los 'smartphones' han marcado la diferencia: si entonces muchos escuchaban la radio con cascos para saber cuándo se daban el 'sí, quiero', hoy muchos seguían en sus móviles y tabletas en 'streaming' el discurso del Rey y hacían fotos del ambiente, sobre todo de la caballería. Y, cómo no, los 'selfies' han triunfado, especialmente los que se hacían muchos viandantes en la Puerta del Sol con la foto gigante de los Reyes a sus espaldas.
Cafeterías, kioscos y tiendas han hecho negocio, sobre todo vendiendo agua, y los servicios de emergencia han atendido a muchos mareados por el calor, además de alguna caída y hasta una picadura de araña.