La infanta Elena lució el día de su boda con don Jaime de Marichalar en Sevilla un vestido diseñado por Petro Valverde de corte romántico con una larguísima cola y un antiquísimo velo, el mismo que llevó su madre, la Reina Sofía y su abuela la reina Federica, sujeto por una tiara de brillantes, regalo de la familia Marichalar. En su cuello ni una sola joya, sin duda reflejo de su sencillez, tan sólo unos pendientes colgantes de perlas y una pulsera a juego, regalo de su abuela paterna completaban el conjunto nupcial.
Un gesto hacia su suegra
La tiara era una pieza familiar, con base de platino, que la infanta Elena recibió como obsequio de la familia del novio el día de la petición de mano. Doña Elena la eligió para sus nupcias como gesto hacia su suegra, María Concepción Saénz de Tejada, condesa viuda de Ripalda, a pesar de que pudo haber escogido entre otras piezas de la colección de joyas, que posee la Familia Real española. Entre ellas, la conocida como tiara de los círculos griegos, una sencilla pieza de diamantes y platinos con la que asistió al baile prenupcial del príncipe Alois de Liechtenstein.
La tiara que más usa
Asimismo, la infanta Elena recibió como regalo de pedida un anillo con un brillante en forma de almendra, que fue desengastado de una diadema que perteneció a la abuela del novio. Desde su boda, la infanta Elena ha usado la tiara de los Marichalar en numerosas ocasiones.