'Un rey del mañana' es el nombre de la exposición que muestra el lado más íntimo y personal de Federico X a través de objetos, cuadros, fotografías y hasta una pieza audiovisual en un auténtico viaje por los recuerdos para el monarca. Para conformar esta muestra que acoge el palacio de Amalienborg y que se puede visitar desde el 22 de marzo al 8 de septiembre, Federico de Dinamarca ha aportado prendas, instrumentos y enseres personales con un verdadero valor sentimental para él y que le definen como persona
El Rey ha llegado a la inauguración ilusionado y expectante, casi como un visitante más. A pesar de que el contenido de la exposición es más que conocido para él, estaba deseando hacer ese recorrido por su propia vida. "Tengo muchas ganas de ver lo que el museo ha propuesto en relación a las cosas emocionantes y que han impactado en mi vida hasta la fecha. Es una sorpresa tan grande para mí como para otros asistentes", ha contado a la prensa antes de llegar
Entre los objetos de su infancia, no podía faltar el faldón de cristianar de la casa real danesa. El traje es de encaje de Bruselas en tonos crema y lo encargó en Bélgica en 1870 la princesa heredera Lovisa, esposa de Federico VIII, para su primogénito, el príncipe Christian, que reinaría como Christian X, abuelo paterno de la reina Margarita. Desde entonces todos los miembros de la familia real lo han llevado en su primer sacramento.
La pequeña tortuga que hay bajo el cristianar es un pequeño reloj de mesa regalo de su abuela, la reina Ingrid
El primogénito de la entonces princesa heredera Margarita y el príncipe Henrik fue bautizado en la iglesia Holmen de Copenhague un mes después de su nacimiento. Ejerció de madrina su tía Ana María de Grecia, que acudió con el rey Constantino. La ceremonia, oficiada por el obispo luterano Erik Jensen duró tan solo 30 minutos y contó con 500 invitados, entre ellos Carlos Gustavo de Suecia
Este es uno de los recuerdos más antiguos que atesora la exposición. Con un estilo muy propio de la década de los 70, fue la primera cartera que el jovencísimo príncipe llevó al colegio Krebs Skole de Copenhague
Federico de Dinamarca ya advirtió antes de inaugurar la exposición que estaba tan ansioso por ver el resultado que cualquier otro visitante. La vitrina que guardaba sus recuerdos de juventud fue una de las que más atrapó la atención del Rey, espectador por un día de su propia vida
Esta gorra es uno de los objetos que más ilusión le hacía ver al rey Federico. Representa una de las etapas que recuerda con más cariño, la que pasó como estudiante de secundaria en el Oregard Gymnasium. Conserva, no solo esta preciado birret de su graduación, sino también la caniseta de maratoniano que se puede ver detrás
Desde que era joven, Federico tenía la necesidad de demostrar que era mucho más que un príncipe heredero con su destino escrito. Fue rebelde, sí, pero también quería demostrar su valía al margen de su posición, por eso se alistó en el Cuerpo de Élite de Buscadores de la Marina sin que su madre, la reina Margarita lo supiera. Superó un duro proceso de selección y en uno de los exigentes entrenamientos recibió de sus compañeros el sobrenombre de Pingo, como reza en el casco rojo. Le bautizaron así cariñosamente después de que el traje de neopreno que llevaba se llenase de agua obligándole a caminar como un pingüino
Pequeño reloj de mesa de plata en forma de tortuga que perteneció a la querida abuela de Federico X, la reina Ingrid, quien lo tenía en la Casa de la Cancillería
Además de jefe de Estado, la exposición quiere mostrar cómo es Federico X en su vida familiar y cotidiana. En la foto, la bicicleta en la que llevaba a sus hijos pequeños a la guardería
Tras su formación en la Marina, el rey Federico se convirtió en un Hombre Rana. No se trata de ningún ser mitológico, sino que es el nombre que reciben los que forman parte de este cuerpo de élite. La viga de cinco metros de la imagen también tiene un nombre: Maren y simboliza el final del entrenamiento de los hombres rana, que deben pasar por debajo de ella como culmen de su formación después de excavar la tierra duramente
Esta peculiar corbata de plástico, hecha con el material de un trineo representa una de las aventuras más extremas de Federico de Dinamarca. En el año 2000 participó en la Expedición Sirius 2000, un recorrido en trineo tirado por perros para patrullar 2.795 kilómetros al norte de Groenlandia
Federico de Dinamarca: heredero intrépido y padre de familia numerosa
El rostro de Dinamarca es el que figurará en las monedas de curso legal que se acuñen a partir de ahora, pero no es la primera vez que su perfil aparece en el reverso de las coronas danesas. Con motivo de su 18º cumpleaños se puso en circulación una moneda en su honor
Esta exposición se puede visitar en el Museo de Amalienborg hasta el 8 de septiembre y a partir de octubre se trasladará al castillo de Koldinghus hasta abril de 2025. Allí, además de fotos e infografías también hay prendas tan personales como una de las camisetas con la que Federico de Dinamarca corría sus maratones
No se puede entender la personalidad del rey Federico, sin tener en cuenta su amor por el deporte. Navega, hace ciclismo, juega al tenis, esquía y sobre todo adora las pruebas de resistencia como la marathon o el triatlón. No en vano es el primer miembro de la realeza en completar un triatlón 'Iron Man'
La exposición también muestra algunos objetos tan personales que ni siquiera han sido mostrados antes en público. Es el caso de este vestido que el entonces príncipe Federico regaló a Mary la primera vez que la visitó en Australia, y que según ella, le quedaba como un guante. Escogió un diseño danés que sirvió como primera toma de contacto con el país que poco después sería su casa
Mary de Dinamarca pasea maravillada ante su vestido de novia y el de su marido. El 14 de mayo de 2014 ella llegó a la catedral de Nuestra Señora de Copenhague espectacular con un diseño en color blanco nacarado del modisto danés Uffe Frank, afincado en Milán. Se trataba de un vestido de escote redondo y originales mangas, que recibían, por su creador, el nombre de ‘Cala’ por su forma similar a los lirios de idéntico nombre. Asimismo, llevaba una falda de amplio vuelo con originales pliegues. El entonces príncipe Federico lució el uniforme de gala de la Armada Real
Si el vestido de Mary de Dinamarca causó sensación, el entonces heredero Federico usó para convertirse en un hombre casado el uniforme de gala de la Armada que engalanó con la Orden del Elefante y la cruz del Gran Comendador, así como otras condecoraciones
Si la exposición recorre los momentos más importantes de la vida del actual rey, el capítulo de su boda merece un lugar privilegiado. Además de los trajes de los novios, que ya forman parte de la historia de Dinamarca y de la realeza, también se pueden ver una serie de fotografías que capturan toda la emoción de aquel día del que nadie olvida las lágrimas de Federico al ver caminar a su prometida hacia el altar
Todos hemos visto esta pulsera en la muñeca de Federico de Dinamarca, pero nunca con tanto detalle. Es la que lucía el día de su proclamación y ahora se conoce que es un regalo de sus cuatro hijos. Compuesta por piedras azules con detalles en oro y diamantes, se trata de una pieza de la firma danesa Shamballa Jewels
No es frecuente que Federico X luzca joyas, pero la ocasión lo merecía y el valor sentimental de la misma es incalculable. Christian, Isabella y los mellizos, Josephine y Vincent, se la entregaron poco antes del cambio de trono y, a pesar de los guantes y la manga larga del uniforme, pudo presmir de pulsera cada vez que alzaba el brazo para saludar desde el balcón
Si la pulsera pudo haber ejercido de talismán el día de su proclamación, este papel lo era todo en esa jornada histórica. Son sus primeras palabras como monarca, el documento que no le podía temblar en la mano mientras leía su discurso desde el palacio de Christianborg tras ser proclamado Rey por la primera ministra
"Mi esperanza es convertirme en un Rey unificador del mañana. Es una tarea que he estado esperando toda mi vida. Es una responsabilidad que asumo con respeto, orgullo y mucha alegría. Me esforzaré por llevarla a cabo con vuestra confianza", rezaba el discurso con el que daba comienzo a una nueva era en la monarquía danesa. Es parte de un texto que ahora se puede leer en su integridad en esta exposición en el Museo de Amalienborg