En total, acudieron a la cita más de un centenar de personas que derrocharon glamour y elegancia en la alfombra que llevaba hasta las puertas de Amalienborg. Los invitados posaron sonrientes a las puertas y, posteriormente, se dirigieron al interior para disfrutar de una cena en uno de los exclusivos salones, decorados con flores para la ocasión, tal y como la Casa Real mostró en algunas fotografías que compartió con sus seguidores