Es difícil dejar de referirse a él como Nicolás de Dinamarca, ya que el nieto mayor de la reina Margarita y el conde Henrik pasó la mayor parte de su vida siendo príncipe y alteza real. Un título que le concedió su abuela cuando nació y que, en contra de todo pronóstico, le quitó en enero de 2023, igual que a sus tres hermanos, es decir, a toda la descendencia del príncipe Joaquín. A pesar de las razones que esgrimió la soberana danesa, el asunto fue un escándalo, ya que fue una maniobra fuera de lo común y ante la que protestaron en público todos los afectados, el propio Nicolás dijo que era una experiencia que hubiera preferido no tener. Sin embargo, cuando se cumplen dos años de esa retirada de títulos que los degradó de príncipes a condes, lo cierto es que Nicolás ha descubierto que la vida de conde es la vida mejor.
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Ser príncipe de Dinamarca cuando no se es el heredero no deber ser fácil, al menos eso se desprende al analizar cómo ha sido toda la trayectoria profesional y dentro de la institución del príncipe Joaquín, el eterno secundario y ahora el único hermano del rey Federico de Dinamarca. Gracias a sus propias declaraciones ante los medios de comunicación, se ha sabido que el segundo hijo de la reina Margarita nunca estuvo del todo de acuerdo con el papel que la Casa Real danesa le reservaba ni con el modo en el que se repartían los roles para él y para su familia, que es la princesa Marie y sus cuatro hijos, príncipes daneses hasta el 2023. Este malestar terminó con la familia viviendo fuera, el príncipe Joaquín amplió sus estudios militares y se trasladaron primero a Francia (de donde es su mujer) y después a Estados Unidos.
La retirada del título real lo dejó claro y ese fue el impulso definitivo para Nicolás
Nicolás de Dinamarca, siendo el hermano mayor, ya había empezado a volar solo cuando su abuela tomó la decisión de quitarles el título con el fin de reducir el número de miembros que representan a la institución, algo que había solicitado el parlamento, y sentar así las bases de lo que sería el nuevo reinado. El hijo mayor, fruto del primer matrimonio del príncipe Joaquín, había recibido entrenamiento militar, proseguía con sus estudios y comenzaba a probar suerte en el mundo de la moda. No obstante, el hecho de ser príncipe presentaba una incógnita en el horizonte, ya que no se sabía si en el futuro, cuando terminará su preparación, tendría que representar de algún modo al país, a la Casa Real danesa o la jefatura del Estado. La retirada del título real lo dejó todo claro, no había sitio oficial para ellos en el nuevo reinado y ese fue el impulso definitivo para Nicolás.
Tanto él, como sus tres hermanos, se transformaron en los condes de Monpezat, un título nobiliario de creación soberana inspirado en el de la alta burguesía francesa de la que descendía el fallecido Henrik, marido de la reina Margarita, abuelo de Nicolás y un príncipe que tampoco tuvo nunca un papel importante en la jefatura del Estado. Henrik de Dinamarca acompañó a la reina Margarita en las tareas oficiales durante la mayor parte de su vida y cuando consideró que había llegado el momento de retirarse, llenó sus días de gastronomía, poesía, arte, escultura y pasión por el vino. Aunque se había esforzado por cumplir el papel de consorte danés, incluso cambiándose el nombre de Henri por Henrik, era inconfundiblemente francés y esas raíces están muy presentes tanto en Nicolás como en sus hermanos, sobre todo teniendo en cuenta que los dos pequeños son hijos de la parisina princesa Marie.
La vida como conde de Monpezat, el legado del príncipe Henrik
La vida como conde de Monpezat parece un auténtico regalo sobre todo para espíritus viajeros: veranos en Francia, inviernos en Australia, otoños en Dinamarca y primaveras recorriendo Europa. Nicolás de Dinamarca, con 25 años, tiene sus estudios en la Escuela de Negocios de Copenhague terminados y está exprimiendo al máximo su carrera como modelo, donde se ha abierto un hueco por mérito propio y acumula portadas, campañas publicitarias y pasarelas, ya sea como modelo o en la primera fila, ya que también ejerce de "influencer" de moda masculina, comparte sus outfits y sus elecciones a la hora de preparar una maleta. También vive sin presión mediática una sólida y pública relación con Benedikte Thoustrup, con la que comparte su pasión por los viajes y la moda.
Los planes de Nicolás suelen ser sofisticados, aunque cuando está en Australia siempre comparte planes más salvajes. Ahora mismo estaba esquiando en los Alpes como imagen de una marca de relojería suiza, hace un mes disfrutaba de la milla de oro londinense y el 2025 le pilló en la Opera de Sídney. El pasado otoño estuvo recogiendo setas y ostras en Jutlandia, durante el verano surcó las aguas de Cerdeña y las escapadas al fabuloso Château de Cayx del abuelo Henrik son algo habitual, desde allí hace excursiones, se baña en el río y por las tardes disfruta poniendo una buena mesa y abriendo uno de los vinos que se producen en el propio châteu. A veces viaja hasta allí en compañía de sus hermanos y otras lo hace con su novia o sus amigos, muestra de que la reina Margarita pone a disposición de sus hijos y nietos algunas de las residencias familiares
Esta es alguna de las ventajas que ha conservado de su vida anterior, ya que él no será príncipe, pero sí es nieto de una reina, sobrino de un rey, hijo de un príncipe y primo hermano de un príncipe heredero, Christian, que si bien ha gozado de un tiempo sabático, ahora está cumpliendo con su currículum militar, también tiene que ocupar su lugar en el Consejo de Estado, asumir la regencia ante los eventuales viajes al extranjero de su padre y preparase para lo que la institución le tiene reservado. Mientras, el conde Nicolás es un alma libre.