La reina Margarita ha reactivado su agenda tras pasar dos meses y medio de baja recuperándose de una caída por las escaleras que sufrió en su domicilio a finales de septiembre. En su primer acto oficial tras el accidente la hemos visto algo más baja de peso, pero muy animada, sonriente y, lo que es más importante, sin grandes problemas de movilidad. Sí portaba un bastón, del que no hizo uso todo el rato y también se ha sentado enseguida en una silla, algo que, sin embargo, ya era habitual en ella que, recordemos, cumplió el pasado mes de abril 84 años.
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Su reincorporación a la vida pública ha sido en el Palacio de Christianborg. Con un traje azul celeste y una manicura en rojo -todo un signo de modernidad ya que tradicionalmente las mujeres de la realeza no lucían las uñas en colores llamativos- ha entregado el premio honorífico Ebbe Munck a la política danesa Margrethe Vestager, que acaba de cerrar una década como comisaria de Competencia y vicepresidenta de la Comisión Europea (CE). Además, antes de dar el salto a Bruselas estuvo al frente de varios ministerios en Dinamarca. Este galardón se fundó en 1975 y se concede a personas que han representado a Dinamarca en el extranjero y la han engrandecido con su trabajo. Es el caso de Vestager que ha firmado como uno de los altos cargos de la CE una de las gestiones mejor valoradas en su área.
Aunque es su primer acto oficial tras su baja por enfermedad, sabemos que la reina Margarita ya ha tenido alguna reunión de carácter privado durante su periodo de recuperación. Cuando los reyes Federico y Mary recibieron a la presidenta islandesa, Halla Tómasdóttir, y a su marido, Björn Skúlason en una visita de Estado, la que fuera soberana durante 50 años pidió mantener un encuentro con la pareja presidencial del que no hubo imágenes ni trascendieron más detalles que la buena impresión que se llevaron sus invitados.
Tras la caída que sufrió en su residencia de Fredensborg, la reina Margarita permaneció ingresada un par de días. El percance le provocó una fractura en la mano izquierda, la cual ha llevado escayolada durante el tiempo establecido por los médicos. Además, también le recomendaron llevar un collarín durante varios meses debido a una lesión en las vértebras cervicales. Se desconoce si ya no lo necesita o si tan solo lo utiliza en determinados momentos, ya que en su cita en el Palacio de Christianborg no lo llevaba.
Desde el primer momento, Casa Real aseguró que se encontraba de buen humor, algo que ahora se puede constatar en las imágenes de su vuelta al trabajo. Su familia, como su hijo el rey Federico o su nuera la reina Mary, explicaron también en su momento que se encontraba "bien, dadas las circunstancias".