Mary de Dinamarca ya está de vuelta en Palacio tras pasar una semana en Australia en compañía de sus mellizos. Hasta ahora se desconocía el motivo de esta escapada a su tierra natal, ya que tan solo se sabía que se trataba de algo privado. La razón, según se ha desvelado, era para asistir a la boda de su sobrina, enlace que tuvo lugar en su país de origen.
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Justo antes de su regreso a Copenhague, la mujer de Federico X fue fotografiada el pasado jueves junto a los príncipes Vincent y Josephine en el aeropuerto de Sídney, cuando se disponían a coger el vuelo que los llevaría de nuevo a casa tras el viaje que habían disfrutado juntos.
En las imágenes difundidas por el Daily Mail, se ve a la 'royal' de 53 años luciendo un look casual pero a la par elegante, compuesto por camisa blanca y unos vaqueros azules. Además, llevaba colgado un bolso marrón grande, tras bajar de un coche negro que los había trasladado hasta ahí.
Con ella estaban sus hijos pequeños, quienes el próximo enero soplarán 14 velas, después de haber acudido juntos a la gran celebración familiar que se desarrolló en la ciudad de Hobart. Este es precisamente el lugar donde nació y creció la reina Mary, la capital y urbe más poblada del estado insular de Tasmania que tan gratos recuerdos le trae cada vez que lo visita.
Además de no perderse esa cita tan importante que atañó a su gente, la esposa del soberano escandinavo aprovechó su estancia en las antípodas para hacer planes propios de la primavera que tienen durante esta época del año en el hemisferio sur. Así, se la vio tomando el sol y haciendo deporte en la playa de Bronte y paseando por los alrededores, en el que era su tercer viaje a Australia en menos de un año.
Federico X inaugura las tradicionales cacerías reales
El soberano nórdico no acompañó a los suyos en este desplazamiento, como tampoco lo hicieron los príncipes Christian -que está en África trabajando en una granja hasta finales de año- ni Isabella. Federico X se quedaba en su país para acometer su agenda de compromisos institucionales, como ha sido el inaugurar las tradicionales cacerías reales.
Durante el acto, el jefe del Estado dio la bienvenida a los participantes en la zona boscosa de Gludsted, ubicada en la parte central de Jutlandia, la que es la mayor plantación de abetos de Dinamarca. Allí se dan cita desde representantes políticos hasta nombres destacados del mundo empresarial, para esta actividad de la caza que se prolongará hasta mediados de enero.