En menos de un año, Mary de Dinamarca ha estado hasta en tres ocasiones en su país natal, Australia. Solo una de ellas correspondía a razones oficiales, las otras dos han sido viajes privados como el que le ha llevado en esta ocasión a Sidney. La Reina ha sido fotografiada junto a su hija Josephine, de 13 años disfrutando de la ciudad y de la cálida primavera que brinda el hemisferio sur. Se desconoce si les acompañan la princesa Isabella o el príncipe Vincent -Christian se encuentra en África hasta diciembre- pero lo que si se sabe es que el rey Federico continúa con su agenda en Dinamarca.
Dado que es una escapada privada, ha sido una sorpresa descubrir a la reina Mary haciendo deporte en la playas australiana de Bronte y también paseando con su hija por los alrededores. La última vez que estuvo en Australia fue en abril para participar en un evento junto con representantes del sector empresarial danés. No hacía mucho que visitaba su tierra, ya que la pasada Navidad también pasó unos días en su país con los mellizos Josephine y Vincent. Fue solo unas semanas antes de que Margarita de Dinamarca anunciase de forma inesperada su abdicación abriendo el camino a la nueva era que inauguró Federico X en su proclamación del 14 de enero.
Además de ser el lugar que la vio nacer y crecer (se crió entre las zonas de Taroona y Sandy Bay), Australia fue testigo del comienzo de la relación entre los reyes Federico y Mary. Tras estudiar Derecho y Empresariales en la Universidad de Tasmania, trabajó en Melbourne y Sídney, donde conoció al hijo mayor de la reina Margarita. Durante los Juegos Olímpicos del año 2000 coincidieron en un local que fue solo el primer paso de una historia que nunca imaginó entonces que la acabaría convirtiendo en reina. Ella dejó todo por amor y se trasladó al Viejo Continente, donde cambió su meteórica carrera profesional por las obligaciones reales de la Corona.
Han pasado ya más dos décadas, pero Mary sigue sintiendo un fuerte apego por su país, a pesar de encontrarse absolutamente en las antípodas de su reino. Ahora es su turno de desconectar unos días, después de que Federico haya disfrutado también de una escapada privada, también de carácter familiar -aunque más cercana- hace tan solo unas semanas. Entonces el Rey visitó a su primo el príncipe Gustavo y su mujer Carinna, con la que acaba de tener a su segundo hijo, en Alemania, donde asistieron a una carrera automovilística. Estos días, el Monarca está cumpliendo con una nutrida agenda en Dinamarca. El martes presidió una conferencia sobre la industria europea y este jueves ha sido anfitrión de una cacería real. Mañana tiene previsto un acto en la Escuela de Ingeniería Mecánica.