El conde Nicolás pasó la mitad de su vida en Francia y después se trasladó a Australia con su novia, Benedikte Thoustrup, antes de regresar a Copenhague, pero no olvida sus primeros años en el Palacio de Schackenborg, en el municipio de Mogeltonder de la península de Jutlandia. En esta imponente residencia de la corona danesa de estilo barroco vivió hasta los 15 años y aún guarda buenos recuerdos que ha compartido con Benedikte, a la que ha mostrado algunos de los rincones privados de este castillo que la familia real compró a la aristocrática familia Von Schak.
A principios de la década de los noventa, el Palacio fue entregado a Joaquín, donde se estableció con su primera mujer, la condesa Alexandra, con la que tuvo a sus hijos mayores, Nicolás y Felix. Tras su divorcio en el año 2005, Joaquín se volvió a casar con la princesa Marie en 2008 y el castillo acogió el banquete nupcial. En el año 2014 el segundo hijo de Margarita de Dinamarca decidió trasladarse por los elevados costes de mantenimiento de la finca. Entonces, Joaquín, Marie y sus hijos se establecieron en una villa en Klampenborg, al norte de Copenhague, donde han estado viviendo hasta antes de trasladarse a Francia.
En las imágenes que ha compartido Nicolás de Dinamarca, se pueden ver los impresionantes jardines orgánicos y de estética versallesca que rodean la propiedad, así como uno de los salones donde destaca una mesa de billar a la que el Conde no se ha resistido. La estancia está decorada con un estilo clásico, pero acogedor con estanterías que recorren las paredes de arriba a abajo llenas de libros. Uno de los detalles más interesantes llega al hacer zoom y descubrir una fotografía enmarcada en un portarretratos de sus abuelos paternos. La reina Margarita y el príncipe Henrik posan risueños en el que parece algún periodo de descanso estival.
En la actualidad, la residencia la gestiona la Fundación Schackenborg, de la que Joaquín y Marie de Dinamarca son patronos. "Gracias por visitar la casa de tu infancia de nuevo. Es siempre un placer tenerte aquí y estamos deseando darte la bienvenida de nuevo", comentó la Fundación en la publicación de Nicolás. Para sus antiguos dueños la preservación de este castillo es muy importante ya que son muchas las vivencias que acumulan en él. "Schackenborg fue mi casa durante muchos años y aún es un sitio al que voy para encontrar la paz", ha dicho el príncipe Joaquín que ha pasado allí 21 años y sigue siendo su refugio y el de su familia. De hecho, allí pasaron el confinamiento durante la pandemia.
Además, es posible sentirse vecino de los príncipes y sus hijos durante unos días, ya que no solo los impresionantes jardines están abiertos al público, sino que determinadas casas abyacentes al castillo alquilan lujosas suites para vivir una experiencia propia de la realeza, como la estancia en la antigua vivienda del administrador del castillo, que fue acondicionada por la propia princesa Marie. Los precios, que incluyen diferentes experiencias, oscilan entre las 2.000 y 8.000 coronas danesas (entre 270 y 1000 euros aproximadamente)