Christian de Dinamarca ha vuelto a recorrer los algo más de 1.200 kilómetros que separan Copenhague de París, tres semanas después de la última vez que visitó la capital francesa. Entonces, como ahora, el motivo es el mismo puesto que se trata de animar a la delegación de su país que compite en el mayor evento mundial del deporte: los Juegos. Eso sí, se trata de una presencia en solitario en representación de la Corona danesa, ya que en la anterior ocasión lo hizo acompañando a su padre, el rey Federico.
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Le toca el turno a los paralímpicos y allí ha estado el heredero al trono nórdico para mostrarles todo su apoyo, vibrando desde las gradas como un fan más mientras sus compatriotas peleaban por alzarse con alguna medalla. De hecho, hasta ahora, han conseguido cuatro preseas que son: una de oro, una de plata y dos de bronce. Así lo ha destacado la propia Casa Real danesa en su perfil público oficial, desde donde compartían las imágenes del futuro rey en la Ciudad de La Luz.
Unas fotos donde, primero, vemos al hijo mayor de Mary de Dinamarca en un bonito posado con la emblemática Torre Eiffel a sus espaldas, con los rayos de sol en su rostro y vestido con chaqueta americana azul oscura y camiseta polo de color rojo. En las siguientes instantáneas, el nieto de la reina Margarita aparece ya dentro de los pabellones, aplaudiendo y muy atento a los partidos que ha presenciado de disciplinas como el rugby en silla de ruedas o el tenis de mesa.
Posteriormente, el número uno en la línea de sucesión ha tenido la oportunidad de pasear y conocer en persona la villa olímpica, compartir almuerzo y un rato agradable con algunos de los atletas. Entre otros, estuvo con el nadador Alexander Hillhouse, campeón de los 100 metros mariposa; o Daniel Wagner, que consiguió subirse al podio en salto de longitud. Relajado y sonriente, Christian de Dinamarca aprovechaba su paso por el recinto para saludarles, felicitarles e inmortalizarse con ellos.
No podrá estar mucho más tiempo en París el príncipe escandinavo, puesto que empieza ya su año sabático con un largo viaje hasta África Oriental que hará este miércoles 4 de septiembre. Una vez allí y hasta el próximo diciembre, trabajará en una granja y participará en el funcionamiento diario de dos explotaciones agropecuarias. Sin duda, una experiencia de lo más enriquecedora y que él mismo avanzó hace unos meses, señalando que sus planes más inmediatos eran "salir y ver mundo".
Tras haberse graduado en la escuela secundaria, el joven 'royal' de 18 años de momento no va a ir a la Universidad ni se formará en los ejércitos, todo ello tras un verano en el que ha tenido importantes compromisos. Cabe recordar que ejerció de regente mientras sus padres asistieron en la ceremonia de apertura de los JJ.OO. o, después, cuando estos disfrutaron de una escapada privada a Cerdeña.