Por primera vez desde que son reyes de Dinamarca, Federico y Mary son invitados a un banquete de Estado en el extranjero. En este caso, en un país amigo y vecino como Suecia, primera parada de esta gira internacional a bordo del buque real Dannebrog, una especie de palacio flotante en el que han cruzado el mar Báltico hasta llegar a Estocolmo, donde han sido recibidos esta mañana por los reyes Carlos Gustavo y Silvia -ahora anfitriones de una cena de gala en el Palacio Real- y los príncipes herederos Victoria y Daniel, quienes también están presentes en la velada junto a Carlos Felipe y Victoria de Suecia.
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La reina Mary, espectacular con un vestido dorado con corpiño bordado, ha elegido para la ocasión la tiara más significativa de su joyero, la de hojas de grosellas que la reina Ingrid (madre de Margarita II y tía de Carlos Gustavo de Suecia) legó a su nieto, el rey Federico, para que algún día la llevara su mujer. Hay que recordar que esta tiara es la primera que llevó la reina Mary, cuando todavía era la prometida del príncipe heredero durante las celebraciones con las que juntos despidieron su soltería. También ha lucido la orden de los Serafines que esta misma mañana ha recibido de mano del monarca sueco.
Federico X ha llevado la cadena con la misma distinción. Ambas casas han intercambiado condecoraciones ya que los daneses han concedido al príncipe Daniel la del Elefante; la misma que tenían ya los reyes Carlos Gustavo y Silvia y su hija mayor, la princesa Victoria. También entregaron esta distinción a los reyes Felipe y Letizia en noviembre de 2023, durante el primer viaje de Estado que hacían a Dinamarca desde la proclamación del monarca en 2014.
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La reina Silvia, con vestido verde, se ha decantado por la tiara Leuchtenberg, un regalo que Napoleón le hizo a la princesa Augusta de Baviera. Con nueve zafiros y diamantes, tiene a juego un broche, pendientes y collar que también ha lucido en este banquete. Ella misma ha contado que es su favorita y que es muy cómoda de llevar.
Por su parte, Victoria de Suecia, con un vestido de lentejuelas, también ha sacado una de las piezas más importantes del joyero real: la tiara de diamantes Connaught, conocida como la tiara Sibylla al ser la que más le gustaba a la madre del Rey. Esta diadema fue un regalo que la madre de la reina Ingrid, la princesa heredera Margareta, recibió como regalo de bodas de sus padres en 1905.
Sofia de Suecia, con un vestido azul adornado en el cuello con flores del mismo tejido, ha usado la misma tiara que en su boda con el príncipe Carlos Felipe, celebrada el 13 de junio de 2015. La diadema, con estructura de hojas de palma, tiene brillantes y esmeraldas que se pueden quitar y poner. Fue un regalo personal de sus suegros, quienes transformaron un collar que la Reina tenía en su joyero como obsequio de un príncipe de la Casa Real tailandesa.
Las palabras y gestos de cariño entre ambas Familias Reales
El escenario del banquete es la Galería de Carlos XI, que tiene como modelo la galería de los Espejos del Palacio de Versalles y tiene en el techo un impresionante fresco que representa la guerra del citado monarca en Escania en el siglo XVII. Durante la cena, a la que se han sumado la princesa Cristina (hermana del rey sueco) y su marido Tord Magnuson, ha quedado patente la excelente relación entre las dos Casas Reales.
Cabe recordar que están unidas además por lazos de sangre ya que el rey Carlos Gustavo y la reina Margarita son primos hermanos. Además, como ha remarcado el monarca sueco en su discurso, Federico y Mary son padrinos de sus nietos Estelle y Oscar de Suecia (hijos de los príncipes herederos), quienes por la mañana saludaban desde el balcón del palacio con banderas danesas elaboradas por ellos mismos.
Esa unión entre las dos familias la ha remarcado Federico X durante su discurso, en el que ha dado las gracias a su "querido tío Carlos Gustavo y querida tía Silvia" y ha mandado saludos de parte de su madre, la reina Margarita. "Desde que tengo uso de razón, Suecia ha ocupado un lugar permanente en mí y en mi corazón. Y no soy el único. Suecia significa algo muy especial para Mary y para mí, para nuestra familia y para nosotros los daneses [...]Suecia y Dinamarca están emparentadas. Nos entendemos y compartimos valores y visión humana. Nos sentimos como en casa en compañía de los demás. Nos animamos unos a otros y celebramos las victorias de cada uno en contextos internacionales", ha dicho.
El menú que se ha servido constaba de cigala al ajillo con rábano picante, aguardiente, cebollino, queso de Västerbotten y comino; pescado con espárragos blancos hervidos, hierbas silvestres y velouté de ortigas; ternera en escabeche con orégano, hierbas de estragón, jerez, prímulas y mayonesa "a la crème" y crocante de pistacho, sorbete de hierbas y mantequilla dorada. Federico X se ha sentado entre la reina Slvia y la princesa Victoria mientras que la reina Mary se ha colocado con el rey Carlos Gustavo y el príncipe Daniel.
La cristalería fue un regalo que el Parlamento y el Gobierno hicieron a los Reyes por su enlace en 1976 mientras que la cubertería se fabricó para Carlos XIV Johan en París y en Estocolmo durante la primera mitad del siglo XIX. Respecto a la vajilla, los platos de los entrantes y los postres son un diseño de Karin Björquist que regalaron al Rey por su 50 cumpleaños; los de pescado fueron un encargado que la reina Josefina en el siglo XIX; los de carne datan de la década de 1850 y pertenecieron a la Gran Duquesa Luisa de Baden. Además, los manteles y servilletas de lino se confeccionaron en Irlanda en 1959.
Su estancia en Suecia
Tras el recibimiento de la mañana, ya en salón de Estado, Federico X y Mary de Dinamarca han podido conocer a los representantes del parlamento sueco, el gobierno y la delegación danesa. Después han acudido a un almuerzo al que también se han unido los príncipes Carlos Felipe y Sofía. La tarde continuó con una reunión con el presidente sueco, Andreas Norlen y una visita al Real Instituto de Tecnología para conocer los avances en investigación espacial. El colofón a esta intensa jornada ha sido el espectacular banquete de gala
Federico y Mary de Dinamarca no solo se trasladan en el buque real, sino que también pernoctan en él. Construido en 1931 en Orlogsvaerftet, el Dannebrog sirve de residencia oficial y privada de la Familia Real en sus cruceros por el país o cuando hacen visitas oficiales al extranjero a bordo de la embarcación. Además de hacer las funciones de hotel, realiza tareas de vigilancia acuática, salvamento marítimo y formación de futuros oficiales.
La parte dedicada a la residencia real tiene un estudio, comedor, sala de estar y dormitorio, todo ello decorado con muebles del siglo XIX. En total, a los Reyes los acompañan nueve oficiales, siete sargentos, dos agentes y entre 36-39 reclutas, todos ellos seleccionados por la Armada. Estos últimos son los que se encargan de las tareas prácticas como el timonel, la vigía, la guardia en el puerto, la limpieza y el pulido del latón del barco. También hay cocineros, panaderos y maquinistas.
La tradición de realizar este tour a bordo del Dannebrog la iniciaron Christian X y la reina Alejandrina en 1932. Posteriormente, hicieron lo propio tanto Federico IX y su esposa Ingrid como la que fuera soberana hasta hace muy poco, Margarita de Dinamarca junto a su esposo, el ya fallecido príncipe Henrik.
Haz click para ver el especial sobre Mary de Dinamarca, la primera reina consorte del páis que ha nacido fuera de Europa y también la primera en el trono danés con una carrera universitaria. Princesa desde 2004, tras su boda con el heredero, Federico, lleva más de 20 años preparándose para el papel que ahora desempeña. ¡No te lo pierdas!