Tras la abdicación de Margarita II y la proclamación de Federico X se abre un tiempo nuevo en Dinamarca y en su Casa Real. Como ocurre en todas las monarquías la llegada de un nuevo rey al trono implica muchos cambios, en lo visible, como son los lemas, y en lo invisible, como la habitual reestructuración de funciones institucionales que se han dado en todas las familias reales, desde la británica hasta la española. Está claro que el presente y el futuro de la monarquía danesa son los reyes Federico y Mary, y el príncipe heredero Christian, solo con el tiempo se verá si hay lugar para los príncipes Isabella, Vicente y Josephine. Sin embargo, mientras llegan las nuevas incorporaciones, todavía quedan figuras del pasado, es decir, alguna pieza clave del reinado anterior que de forma discreta se enfrentan a un especie de jubilación silenciosa, es el caso de la princesa Benedicta, hermana de Margarita II.
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Cuatro años más joven que la reina Margarita, la princesa Benedicta es la mediana de las tres hijas que tuvieron el rey Federico IX y la reina Ingrid. Como princesa de cuna, ella nació como representante de una institución y pronto comenzó a acompañar a su madre en actos oficiales; creció en un ambiente de hombres y mujeres de Estado y presenció como su hermana mayor se convertía en la reina de Dinamarca. Su colaboración fue crucial durante los primeros años del reinado de Margarita II -que accedió al trono joven- y así hasta ahora, cuando está a punto de cumplir los ochenta años.
Si bien Benedicta de Dinamarca se casó y formó una familia, su dedicación a tiempo completo siempre ha sido representar a la Reina, dentro y fuera del país, además de los patrocinios y las labores benéficas. Discreta, eficaz y muy valorada, así ha sido su trayectoria en la monarquía danesa, en parte porque entendió perfectamente la naturaleza de su rol dentro de la institución: apoyar a la reina sin un afán protagónico, es decir, estar sin ser hacerse notar. Todo un alivio para Margarita II que tenía que lidiar en su propia casa con el deseo de su marido de ser nombrado rey consorte, un papel que ni la realeza ni el parlamento danés estaban dispuestos a concederle.
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Benedicta de Dinamarca, siempre al rescate de su hermana la reina Margarita
Mientras, la discreta princesa Benedicta conocía a fondo el funcionamiento de la corte y los mecanismos de la institución, había nacido en ella, así que Margarita II depositó en su hermana la confianza para hacerla regente, un cargo que la habilitaba para tomar decisiones en nombre de la jefa del Estado. Además su relación personal, siempre cercana, se ha ido intensificando todavía más en los últimos años, sobre todo después de que las dos se quedaran viudas, y con frecuencia la princesa Benedicta ha acompañado a su hermana en visitas oficiales, también en viajes al extranjero; eso sin olvidar que está presente en los recibimientos a otros jefes de Estado y en las recepciones en el Parlamento, la más reciente fue la que se celebró el lunes 15 de enero, la primera con Federico y Mary como nuevos reyes de Dinamarca, dejando la imagen inédita de la reina Margarita sentada en la segunda fila.
Ahora, con la precipitada proclamación de Federico X, no se ha aclarado qué papel tendrá la princesa Benedicta en el nuevo reinado, pero todo apunta a que su figura comenzara a diluirse sin prisa y sin grandes anuncios, sobre todo teniendo en cuenta que el próximo 29 de abril cumplirá 80 años. De momento sigue figurando como regente, pero ese es un papel que ahora también ostenta la propia reina Margarita, además de la reina Mary. Por otro lado, Benedicta sigue conservando, el patrocinio de treinta y cinco organizaciones en Dinamarca, diez en el extranjero y es miembro honorario de siete asociaciones y preside otras cinco con las que tiene vínculos históricos, algunos heredados directamente de su madre, la reina Ingrid.