Es un momento histórico en Dinamarca: no todos los días se termina un reinado y se comienza otro. La era de Margarita II como soberana ha llegado a su fin y empieza el tiempo de Federico X. Es una jornada clave para la nación y por eso es especialmente llamativa la ausencia de la mujer del príncipe Joaquín: Marie de Dinamarca, que ostenta el título de princesa y el tratamiento de Alteza Real. Este gesto podría indicar que no hay un lugar reservado para ellos en este nuevo reinado y, de ser así, su presencia ha comenzado a diluirse desde este mismo domingo 14 de enero.
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Tal y como se esperaba, la princesa Marie se ha quedado en Estados Unidos y el príncipe Joaquín ha llegado en solitario y de forma fugaz, va estar solo unas horas en Dinamarca y a título familiar, es decir, no había un papel oficial reservado para él, ni en la abdicación de su madre ni en la proclamación de su hermano. Hasta ahora los príncipes Joaquín y Marie han estado presentes en actos institucionales de caracter familiar como fue la cena de gala por el 18º cumpleaños de Christian, el nuevo príncipe heredero, y hace unos días, el pasado 1 de enero, ejercieron de príncipes daneses en la tradicional recepción de Año Nuevo que la soberana ofreció en el palacio de Amalienborg, una cita especialmente excepcional porque era la última para la reina. Por eso, es especialmente significativa esta ausencia, porque hasta ahora la princesa Marie había acudido a las grandes citas de Margarita II y que hay más grande que el momento en el que la reina deja de serlo después de 52 años de servicio.
No ha sido una sorpresa: el palacio ya adelantó hace unos días que la princesa danesa nacida en Francia no estaría presente. Entre los motivos que dio la Jefa de Prensa del Palacio Real, Lene Balleby, estaba que los niños tenían colegio en Washington, ciudad en la que se instaló la familia el pasado otoño después de la crisis que se originó cuando la reina Margarita tomó la difícil decisión de quitar los títulos reales a los hijos del príncipe Joaquín, unos títulos que ella misma les había otorgado desde el nacimiento.
Nicolás y Félix -fruto del primer matrimonio del príncipe con la condesa Alexandra- y Athena y Henrik -hijos de Joaquín y Marie dejaron de ser príncipes daneses para convertirse en condes de Monpezat, un título de cortesía que les distingue como descendientes del fallecido príncipe Henrik. Tanto la princesa Marie como la condesa Alexandra (a la que también se otorgó el titulo de condesa tras perder el de princesa al divorciarse de Joaquín) hablaron públicamente del daño que esta decisión había ocasionado en sus hijos; es más, la princesa Marie, la gran ausente en la abdicación, contó que a la pequeña Athena había sido víctima de acoso escolar a raíz de esto, un tema del que hablamos en el podcast Los segundos son un problema en Dinamarca.