Federico de Dinamarca sigue estando en el punto de mira. Tras la publicación de unas imágenes de su encuentro con Genoveva Casanova en Madrid, la tormenta continúa. Según una encuesta publicada por la cadena TV2, el 38% de los daneses considera que su madre, la reina Margarita , de 83 años, es la “mejor representante de la casa real danesa” frente al 29% que da su voto de confianza al príncipe heredero.
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La distancia
Hace unas semanas, veíamos a un Federico con rostro serio, encendiendo, en solitario, las velas de la corona de Adviento de la Casa Real; mientras Mary se encontraba en el otro lado del mundo. La princesa ‘se escapó’ unos días antes de Navidad a su ‘hogar’, Australia, junto a sus dos hijos pequeños, los príncipes Vicent, y Josephine, de doce años. Un viaje que, según aseguraba la jefa de prensa de la Casa Real, Lene Balleby, estaba programado desde hacía mucho tiempo.
Mary está muy unida a su familia : su padre, el profesor John Dalgleish Donaldson, de 82 años, y sus tres hermanos, Jane, Patricia y John. La última vez que los había visitado fue el pasado mes de abril, cuando participó en un foro sobre energías renovables, y, en plena polémica, volvió a reunirse con ellos.
A ojos de algunos medios daneses, aquella ‘separación’ no ayudaba… tampoco la imagen del príncipe solo en casa. Llamaba también la atención el libro que llevaba Mary consigo: Be Useful: Seven tools for life (Sé útil: siete herramientas para la vida), de Arnold Schwarzenegger. Un libro de autoayuda y memorias en el que cuenta la ‘revolución’ que supuso para él hacer el Camino de Santiago, y donde ofrece consejos sobre cómo superar la adversidad y alcanzar las metas.
El reencuentro y la emoción de Mary
Sin embargo, tal y como estaba previsto, después de diez días, se produjo el esperado reencuentro en Nueva Zelanda. El príncipe llegó con su hija la princesa Isabella, de 16 años, tras asistir a la cumbre climática de la COP28 en Dubái. La familia unida, de nuevo, a falta del príncipe Christian, de 18 años, que está centrado en sus estudios y se había quedado en Copenaghe.
En el aeropuerto de Queenstown, cuando ponía rumbo de vuelta a Dinamarca, el Daily Mail mostraba a una princesa que no podía evitar las lágrimas de emoción al despedirse de sus amigos. Regresaba, así, a Dinamarca justo a tiempo para la Navidad.
En uno de los vídeos publicados en la cuenta de Instagram de la Casa Real, todo era idílico. La familia decorando el inmenso árbol de Navidad en el Salón de los Caballeros del Palacio de Federico VIII en Aamalienborg, junto a sus cuatro hijos. Mary sonríe, incluso el perro de la familia ayuda.
En el último, sin embargo, no está la princesa. Aparece Federico hablando con el astronauta danés Andreas Mogensen, comandante de la Estación Espacial Internacional. “Por primera vez un danés está celebrando la Navidad en el espacio”, reza la publicación, que también cuenta cómo esa llamada despertó la curiosidad de los cuatro príncipes, que se fueron uniendo a la conversación y disfrutaron de un pequeño ‘tour’ virtual por la estación espacial.
Hace cuatro días, era Mary quien felicitaba las fiestas a los daneses a través de su fundación -Mary Fonden- con una profunda reflexión sobre el tiempo y el nuevo año: “El tiempo es algo peculiar. Cuantos más años has vivido, más rápido parece pasar el siguiente año. Al mismo tiempo, te vuelves cada vez más consciente de lo precioso que es cada momento -y cada año-. La transición hacia el nuevo año es siempre una oportunidad para hacer una pausa y apreciar todo lo que ha sucedido a lo largo del año”.
Navidades en Marselisborg
En el Castillo de Marselisborg, Jutlandia, ya está todo listo para celebrar la Navidad. La Reina Margarita ha encendido las velas de la Corona de Adviento, y allí ha reunido -por primera vez desde 2019- a sus hijos y nueras y a seis de sus ocho nietos. El príncipe Joaquín , agregado de la industria de defensa en Washington, con su esposa, Marie; y sus dos hijos pequeños, el Conde Henrik y la Condesa Atenea. Su primogénito, el Conde Nicolás, y su novia, Benedikte, se quedan en Australia; y el hermano de éste, el Conde Félix, pasará la Nochebuena con su madre, la Condesa Alexandra.
El pasado año, la familia estaba dividida por ‘los títulos’ , una tormenta desatada después de que la Soberana retirase los títulos de altezas reales a los cuatro hijos de su hijo, el príncipe Joaquín. Una decisión que generó un gran malestar pero que, como ella misma explicó después, “era muy importante que Federico no fuese quien la tomara”. “Era mejor que fuera una anciana quien lo decidiera”, añadía.
Ahora, la situación es diferente. Aunque hay cosas que no cambian: el arroz con leche de entrante, la oca de segundo plato, el plumcake importado de Inglaterra... y, por supuesto, los adornos navideños caseros de la Reina.