Este verano supone un punto de inflexión en la vida de Nicolás de Dinamarca, que en agosto cumplirá 24 años. El primer nieto de la reina Margarita se prepara para dejar su país natal y emprender una nueva aventura en Australia que coincidirá además con la mudanza a Washington de su padre, el príncipe Joaquín, quien hasta ahora residía en París. El conde de Monpezat, que vivirá en el país de Oceanía junto a su pareja, Benedikte Thoustrup, se ha sincerado acerca de este emocionante desafío que afronta, de su exitosa carrera en el mundo de la moda y de cómo le ha influido personal y profesionalmente crecer en el seno de la Familia Real danesa.
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El séptimo en la línea sucesoria al trono del país escandinavo ha explicado en la revista neerlandesa Numéro que es un apasionado de la moda porque lo considera una forma de expresión. Recuerda que su llegada a las pasarelas fue muy rápida ya que mantuvo conversaciones con una agencia y poco después estaba ya protagonizando desfiles en la Semana de la moda de Londres y París. Sobre los entresijos que más le emocionan de estas grandes citas lo tiene claro: el trabajo que se dedica a cada detalle y la oportunidad de representar a una firma. Además, deja la puerta abierta a "experimentar con más aspectos de la industria". Actualmente está en dos agencias, Elite Model World ySight Management Studio, cuya sede está en Barcelona.
El conde Nicolás tiene claro que ser miembro de la Familia Real danesa ha sido muy valioso y no le ha impedido tomar sus propias decisiones ni tampoco le ha limitado a la hora de decidir su futuro. Es consciente de haber crecido en "circunstancias especiales" y de la "responsabilidad que conlleva", pero sobre todo recalca que su vida ha estado llena de momentos felices y "una infancia relativamente normal" que siempre ha manejado bien. "Mi papel real no me ha limitado a hacer las cosas que disfruto y amo. Siempre me he visto como un alma libre. No me he sentido restringido a vivir mi vida", expone. Cabe recordar que en enero perdió el título de príncipe, al igual que sus tres hermanos, por decisión de su abuela.
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Su mudanza
El sobrino del heredero al trono danés, al que le gusta practicar fútbol y pádel para mantenerse en forma, ha iniciado la cuenta atrás para convertir Australia en su nuevo hogar durante un semestre en el que estará acompañado de su pareja, a la que conoció en el instituto. Está matriculado en la Copenhagen Business School y, tras haber cursado algunos meses en París, en su nuevo destino estudiará asignaturas optativas. Se trata de un auténtico desafío con el que está feliz y emocionado. Además, hay un curioso motivo por el que ha elegido este destino: "Es muy extraño para un danés como yo. Nunca he estado tan lejos". Como en cada paso que da, tiene la certeza de que vivirá esta experiencia al máximo.