Federico de Dinamarca es un auténtico enamorado del mar y la navegación, a quien hemos visto participar no pocas veces en distintas competiciones de vela a lo largo de los años. Sin embargo, este fin de semana se ha producido una circunstancia muy diferente a lo habitual y que convertían la ocasión en verdaderamente especial. El primogénito de la reina Margarita se medía a su mujer, la princesa Mary, en una regata celebrada en aguas de Copenhague.
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A bordo de dos catamaranes que representaban a Dinamarca y Australia
La capital nórdica acoge estos días la celebración de un gran premio correspondiente al campeonato mundial de vela SailGP, donde nueve equipos que representan a sus respectivos países pelean por llevarse el triunfo. Como preludio a la última carrera, el matrimonio se ha subido cada uno de ellos a bordo de uno de los veloces catamaranes que están en liza: el príncipe Federico junto al equipo danés y su esposa como una integrante más de la embarcación australiana, la nación donde nació, se crio y vivió durante más de dos décadas.
Federico y Mary de Dinamarca retoman una tradición estival junto a sus hijos
Mary de Dinamarca se atreve a coger el volante de la embarcación
"Un día fantástico", ha reseñado la Casa Real danesa al compartir las imágenes de lo que había acontecido en esta intensa y entretenida jornada. Ataviados para la ocasión con el uniforme náutico preceptivo, Federico y Mary de Dinamarca disfrutaban al máximo de la experiencia y lo daban todo para llevarse el gato al agua. Mientras el Príncipe competía desde la embarcación liderada por el capitán Nicolai Sehested, la nuera de la reina Margarita lo hacía junto a su compatriota Tom Slingsby y esta llegaba incluso a coger el volante del catamarán.
Mary de Dinamarca convence en Oslo con un impresionante vestido de gala (capa incluida)
Ha sido una carrera muy disputada y reñida donde los modelos F50 han alcanzado los 75 kilómetros por hora, según han detallado. Finalmente, eran los australianos los que se imponían a los locales y cruzaban en primer lugar la línea de meta con apenas un segundo de ventaja. Una vez allí, la princesa Mary levantaba los brazos y cerraba los puños en señal de victoria para celebrar lo conseguido.
El beso del príncipe Federico a su esposa para felicitarla por el triunfo
Acto seguido, hemos visto cómo Federico de Dinamarca se acercaba hasta su mujer y le daba un cariñoso beso en la mejilla mientras ella le obsequiaba con un abrazo. Posteriormente, todos juntos posaban ante las cámaras con las banderas bien extendidas de sus respectivos países, al tiempo que la Princesa alzaba con una sonrisa de oreja a oreja el particular trofeo de los vencedores.
La institución monárquica se ha congratulado igualmente por poder organizar este Grand Prix "en la liga más prestigiosa de deportes de vela", destacaban en su comunicado. Porque, además de ofrecer competiciones de clase mundial, también "se promueve la sostenibilidad en los océanos", añadían. Su implicación por tanto con el evento marítimo ha sido absoluta, ya que un día antes visitaron a los integrantes del equipo danés para desearles toda la suerte de cara al campeonato.
El álbum de Mary de Dinamarca en Bangladesh junto a los refugiados