Después de casi veinte años, el amor “imposible” de la corte danesa, ha vencido todos sus obstáculos. El príncipe Gustav de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, hijo mayor de la princesa Benedicta de Dinamarca y sobrino de la reina Margarita y de la reina Ana María de Grecia, se casaba ayer sábado por la tarde en Alemania con su pareja desde hace 19 años, la escritora estadounidense de literatura juvenil Carina Axelsson, tal y como ha confirmado la revista danesa Billed Bladet, publicando la primera imagen de los recién casados y ha revelado el importante papel que han tenido los príncipes herederos, Federico y Mary de Dinamarca en el enlace, como madrina y padrino de los novios. Carina puede ya por fin ser tratada como Su Alteza Carina, la princesa Sayn-Wittgenstein-Berleburg y su nombre cambia oficialmente en Alemania.
En una ceremonia, íntima y privada, que ha tenido lugar en la capilla del castillo de Berleburg, propiedad del príncipe, la pareja se ha dado el "sí, quiero" a sus cincuenta y tres años, rodeados de sus más íntimos familiares, amigos y allegados en la ciudad de Bad Berleburg, dentro del estado alemán de Renania del Norte-Westfalia. La ceremonia ha transcurrido de manera privada, tal y como adelantó el príncipe hace unos días en Westfalenpost: “Carina y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. El amor y el afecto no siempre requieren un certificado de matrimonio. Nos casaremos en el castillo, un lugar muy privado, como hemos prometido a nuestros invitados”.
Los novios, exultantes de felicidad, han distribuido unas románticas imágenes suyas dentro de la capilla, donde ha tenido lugar la ceremonia, y a la salida, desvelando el secreto mejor guardado del enlace, el look de la novia. Carina ha confiado en una de las diseñadoras favoritas de la princesa Mary de Dinamarca, la danesa Birgit Hallstein, que la vistió en su boda con el príncipe Federico. La escritora estaba radiante con la espectacular tiara que coronaba su look nupcial, un vestido de corte princesa elaborado en seda con una capa de fino chantilly francés, cinturón, escote corazón y encaje de cuello alto que ha combinado con un delicado velo largo bordado con detalles florales.
El día anterior a la ceremonia la pareja formalizó su relación en una boda civil, según desveló la publicación danesa, que también confirma hoy que el príncipe Gustav y Carina Axelsson han contado con 80 invitados en su boda del sábado, entre los que se encontraban los príncipes herederos Mary y Federico de Dinamarca, el Príncipe Joaquín y Marie de dinamarca, así como la actriz Ellen Hillings y su esposo Christoffer Castenskiold. También la gran amiga de la novia, Cleo Oettingen, ha acudido a la celebración. Ha sido ella la que ha dado los detalles del maravilloso menú con el que la pareja agasajó a sus invitados durante la cena previa del viernes, un ágape en el que los novios incluyeron un guiño a los orígenes mexicanos de Carina ofreciendo ceviche, suprema de pollo y tacos. Y nos ha enseñado también los delicados adornos florales en tonos rosas y blancos que llenaban ayer de romanticismo el castillo con motivo de la celebración.
Los novios utilizaron para desplazarse un elegante modelo clásico pero la mayoría de sus invitados llegaron al recinto en autobus, dejándose fotografíar al bajar del vehículo pudimos ver alegres y sonrientes a Hubertus de Saxe-Cobourg-et-Gotha y Kelly Rondestvedt, otros dos grandes amigos de la pareja que no ha querido faltar ejn su gran día. También acudió al enlace la actriz británica Lena Headey, conocida por su papel de Sarah Connor en la serie Terminator: The Sarah Connor Chronicles que estreno la cadena Fox en 2008. La familia más cercana a la pareja se ha alojado estos días dentro del castillo por lo que no han trascendido imágenes de ellos. En autobus se pudo ver también llegar a Stefan zur Lippe, príncipe de Lippe y al conde de Solms-Laubach, Karl solms-Laubach.
Tras años de lucha en los tribunales alemanes, el príncipe ha conseguido revocar el pasaje del testamento de su abuelo que le impedía contraer matrimonio con libertad. El príncipe Gustav Albrecht de Sayn-Wittgenstein-Berleburg estableció al morir en 1939 que la esposa del jefe de la Casa tendría que ser de raza aria, noble y protestante para que el heredero no perdiese los derechos dinásticos ni el castillo de Berleburg, ligado al linaje. Carina, la mujer elegida por el príncipe, no cumple ninguno de los requisitos establecidos en la claúsula. La escritora infantil es americana, hija de madre mexicana y padre sueco, no pertenece a la nobleza y ha sido educada en la fe católica. Sin embargo, nada de esto ha impedido que triunfe su amor.
Se conocieron durante una cena con amigos en 2003 y desde entonces no se han separado. Si bien hasta ahora no han podido casarse, su relación se ha ido consolidando año tras año. El príncipe Gustav le dió siempre a la escritora su sitio en la corte. Tremendamente bien acogida por la familia, Carina debutó a su lado de manera oficial en la corte de Copenhague con la tiara de las nueve puntas de diamantes y un anillo de racimo, también de diamantes. Aseguraba en Westfalenpost en 2016: “Me da igual no estar casada con Gustav. Él es el hombre de mi vida y con quien quiero estar”.
A su lado han estado siempre, entre otros familiares y amigos, la reina Margarita de Dinamarca, los príncipes herederos, Federico y Mary, la reina Ana María de Grecia y los príncipes Pablo y Marie-Chantal de Grecia. La escritora, autora de una saga juvenil de detectives, Model Under Cover, ha congeniado a la perfección con la condesa de Monpezat, mujer del príncipe Federico y futura reina de Dinamarca y también con los príncipes Joaquín y Marie, que confiaron en ella como madrina de su hija Atenea, es habitual verles compartir celebraciones familiares, y no han fatado a su cita con ellos ayer para estar en compañía de la pareja en este día tan esperado y especial de su boda.
Sin embargo, no todos opinaban lo mismo. Poco después de la muerte de su padre el príncipe Ricardo, Gustav recibió una sorprendente decepción familiar. El príncipe Ludwig-Ferdinand, primo suyo, tomó la decisión de disputarle la herencia que su abuelo le había legado de niño, alegando que tenía una pareja “de hecho” e incumplía el testamento. Tras varios años de lucha en los tribunales, el pasado mes de abril la justicia concluyó el litigio dictaminando que Gustav es el heredero legítimo del castillo y de las propiedades que le corresponden como jefe de la Casa Principesca. Ahora, arreglado todo ya ante el juez, la pareja puede disfrutar de su recién estrenado matrimonio sin miedo a contratiempos. Radiante de felicidad, parte de la corte danesa se reunió ayer en la intimidad para dar la enhorabuena a los novios en este feliz día.