Cuando cumplió 70, la nube de cenizas del volcán Eyjafjalla casi le aguó la fiesta -16 invitados reales no consiguieron aterrizar en Dinamarca-. Cuando llegó a los 80, la pandemia la obligó a suspender toda la agenda festiva, aunque hizo historia al dejarse ver en camisón mientras sus empleados le cantaban el cumpleaños feliz… Y, ahora, casi dos años después, y ante el aumento de contagios, también ha tenido que rediseñar las celebraciones de sus cincuenta años en el trono.
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Había preparado una completa agenda de actividades para el 14 de enero, pero Margarita II ha pospuesto hasta septiembre la mayoría de los actos, incluida la cena de gala real. Aun así, las recortadísimas celebraciones del jubileo fueron un motivo de alegría para Dinamarca y un ejemplo más de la magnífica relación entre la Reina (su querida Daisy) y la Nación.
Era otra ocasión única y los medios de comunicación recuperaban la memoria de una vida que la Soberana siempre califica como plena y feliz. Los hechos que la hicieron reír o llorar; los momentos de valentía; la tragedia de asumir un trono, después de haber despedido a su padre, Federico IX, el Rey Músico, en el lecho de muerte (1972); o el ser la primera mujer que tenía en sus manos el destino de su país desde 1437.
Margarita les volvió a abrir sus palacios y su corazón para dar contenido con su apasionante vida a nuevos libros, documentales y programas de televisión. El más visto, Los daneses entrevistan a la Reina , emitido en DR1. Dos mil ciudadanos enviaron sus preguntas, aunque solo 18 fueron invitados al castillo de Fredensborg para recibir las respuestas -una cada uno- notificadas en la web de la cadena.
No tener que elegir
Sobre si había sido difícil para ella no poder elegir lo que quería ser, la reina dijo que “fue una gran ventaja porque no tuve que averiguarlo. Tenía mi futuro, estaba arreglado. No tuve que pensar en qué era lo que debía o quería hacer… Y acaba reconociendo que a una edad joven “hubiera querido ser arqueóloga”.
El tiempo
Para la reina también es difícil aceptar que el tiempo haya pasado tan rápido. 50 años ya. “En el espejo se puede ver”, aunque como suele decir, “la edad no supone ningún problema salvo para bailar ballet y esquiar“. Es maravilloso ser reina de Dinamarca y lo será hasta la muerte. “La obra debe continuar. Creo que tengo el deber de quedarme. La tarea es para toda la vida…”, aunque le gustaría bordar más.
La mayor experiencia
La mayor experiencia y los grandes momentos de su vida a sus 81 años son: “cuando conocí a Henry de Monpezat, quien se convirtió en mi esposo; cuando tuve a mis dos hijos, un punto culminante para cualquier mujer… Y, cuando salí al balcón del castillo de Christiansborg, en 1972”, el inicio de su reinado.
Ser mujer
Margarita II dice que ser mujer -la segunda después de Margarita I (XIV)- le ha facilitado la tarea porque no se pudieron hacer comparaciones “con lo que hacía mi padre”: “Así es como el viejo rey siempre lo hizo“ o ”esto es lo que el viejo rey nunca habría hecho…”
Abuela de ocho
En 2019, sorprendió al confesar que “definitivamente no soy la mejor abuela del mundo”. Y, tres años después, añade que “es genial ver cómo se desarrollan y estoy muy contenta y orgullosa de ellos… pero, realmente, no veo a mis nietos (ocho) tanto como debería y también me gustaría. Todavía tengo un trabajo que me quita mucho tiempo¨.
Sobre la muerte de su marido
“Es un violento trastorno en la existencia cuando uno ha sido dos y uno es entonces uno”. Margarita explicó que su familia, sus dos hijos, sus nueras y nietos; y los daneses la apoyaron y la ayudaron a superar el momento difícil.
La ausencia de su hermana
La reina recuerda mucho a su marido y habla de su boda con el príncipe Henrik (10 de junio de 1967) en el documental Et liv som dronning (Una vida de reina). Margarita cree que fue una maravillosa celebración, aún en unas tristes circunstancias. A su querida hermana Ana María no se le permitió asistir “porque se creía que el rey Constantino estaba involucrado en el golpe de estado de los coroneles, en Grecia… Pero no lo estaba”. Su hermana pequeña tampoco ha podido estar presente en su jubileo de oro. Tuvo que cancelar su asistencia, después de que su marido, hermano de la Reina Sofía, fuera ingresado por coronavirus.
Sus nueras, Mary y Marie
En una extensa entrevista En casa con la reina, publicada por Billed Bladet, Margarita también habla de su reinado, su relación con sus nueras, la princesa heredera Mary y la princesa Marie, sus hijos, la vida ahora y el futuro.
La Soberana destaca que tiene una relación muy estrecha con ambas, cree que son dos personas “con muchas cualidades y fuerte personalidad”; y dice que está “muy feliz de tenerlas como nueras” y que ambas lo hacen “muy bien”.
Refiriéndose concretamente a la primera impresión que tuvo con Mary Donaldson contó que “pude ver que tenía el potencial que necesitaba como esposa de un futuro rey. Lo único que me entristeció fue que mi madre no pudo ver lo bien que Federico había elegido. Realmente la habría complacido. De eso no hay duda”.
Asimismo, y hablando de si es o no una buena suegra, la reina señaló que “será mejor que pregunten a mis ‘pobres’ nueras sobre eso. Espero no ser demasiado aterradora”.
Los hijos
Sobre sus hijos, Margarita dice que desde que eran muy pequeños fueron conscientes de que existe una diferencia en sus roles, pero que nunca hubo celos entre ellos y que siempre han sido un gran apoyo el uno para el otro. Añade que “no tienen que tener a su madre pendiente de ellos todo el tiempo” porque ya tienen más de cincuenta años.
Pensamiento aterrador
La reina descubre en su jubileo que cuando era muy joven fue realmente aterrador pensar en que le pudiera suceder algo parecido a lo que vivió Isabel II, cuando se convirtió en reina con 25 años… Y lo afortunada que se sintió al haber tenido siete años más de familia y libertad, antes de llegar al trono.
Pero no sólo habla Su Majestad, el programa Reina Margarita – 50 años para Dinamarca, también ha recopilado opiniones y anécdotas de los jefes de Estado que la han conocido. De Bill Clinton, “ella me hizo sentir como en casa”, a los reyes de Noruega y de Suecia. Una oportunidad que Silvia aprovechó para rememorar lo bien que la recibió la prima de su marido, Carlos Gustavo, la paciencia que tuvo con ella y cómo desde que llegó a palacio “siempre he podido preguntarle cualquier cosa”.
Margarita II nació el 16 de abril de 1940, una semana después de que Alemania ocupara Dinamarca. Su padre, Federico IX, describió el momento como “un pequeño rayo de sol que nos ayudó durante los tiempos oscuros”. Se convirtió en Reina el 14 de enero de 1972 y en la segunda Soberana en 700 años.
Es una reina diferente, que cuando no gobierna, ‘guarda’ la corona para trabajar como artista. La soberana hace arte en serio, escribe, traduce libros, hace ilustraciones, pinta (y expone), diseña, se encarga de la escenografía y del vestuario para producciones cinematográficas y teatrales… También borda petit point y cuida de sus jardines.