Christian de Dinamarca, segundo en el orden de sucesión al trono, recibió la Confirmación el pasado fin de semana (15 de mayo) en la iglesia del castillo de Fredensborg. La ceremonia estaba prevista para la primavera de 2020, pero la pandemia obligó a retrasarla condicionando también la celebración definitiva.
En su gran día, el príncipe estuvo arropado por sus padres, los príncipes herederos, Federico y Mary; su hermanos, Josephine, Vincent e Isabella; su abuela, la Reina Margarita; sus dos primos mayores, Nicolás y Félix, en representación de su padre, que reside en París, y sus amigos más íntimos del colegio, con los que se ha preparado para este gran día (lo equiparan al Bautismo), en el colegio Tranegårdskolen, de Gentofte. Desafortunadamente, no pudo estar presente su abuelo materno, John Donaldson, padre de Mary, y su esposa, Susan, que residen en Londres. Ni su tío, el príncipe Joaquín, así como tampoco el resto de los padrinos. Entre ellos, Victoria, futura Reina de Suecia; la princesa heredera, Mette-Marit, y Haakon de Noruega, el príncipe heredero, Pablo de Grecia. Solo veinticinco personas.
Tiene quince años y se lleva días con la princesa Leonor; ejerce de hermano mayor, le encanta navegar y el próximo curso también estudiará en un internado
Después de la ceremonia evangélica luterana, oficiada por Monseñor Henrik Wigh-Poulsen, se organizó un posado y una recepción privada en la cancillería del castillo de Fredensborg. En la sesión de fotos, la princesa Mary dijo que fue conmovedor ver al hombrecito, que ahora se ha convertido en un joven grande y guapo, haciendo referencia a la rapidez con la que crecen los hijos.
Christian, de quince años, calificó la ceremonia de muy bonita, habló de lo bien que había cantado el coro y dijo echar de menos a toda la familia, que vive en el extranjero… «Así es con la Covid. Están con nosotros en nuestros pensamientos y corazones».
Así lo preparan para el futuro
Christian, príncipe de Dinamarca y conde de Monpezat, tiene quince años, es el hijo mayor de los príncipes herederos Federico y Mary, y, como tal, se convertirá en heredero cuando su padre ascienda al trono como Federico X.
El joven es un gran deportista —herencia de familia— y le encanta navegar, como a su padre y su bisabuelo, el Rey Federico IX. Hasta ahora nunca se ha separado de su familia, pero el próximo año, al igual que la princesa Leonor, también estudiará en un internado. En su caso, en el Herlufsholm —un monasterio benedictino del siglo XII—, fundado en 1565 para la nobleza danesa.
Los príncipes herederos de Dinamarca hacen todo lo posible para que su hijo mayor, el príncipe Christian, se sienta cómodo con su destino como futuro Rey de Dinamarca. “Una de las cosas más importantes que podemos intentar darle es una gran confianza. Para que pueda estar orgulloso de quién es y para qué nació. Muchas veces, se sentirá diferente y el único deseo en el mundo para él será ser como todos los demás”, explicaba su madre en una biografía sobre su marido, Frederik, príncipe heredero de Dinamarca… “Debemos decirle a nuestro hijo que él es diferente, pero que está bien ser diferente. Si Christian tiene una gran confianza, superará los tiempos difíciles”.