Mary de Dinamarca es una apasionada de los deportes de invierno, al igual que toda la familia. Por eso, no es de extrañar que aproveche su estancia de 12 semanas en Suiza, donde se ha trasladado con sus hijos, que están cursando este trimestre en un prestigioso internado de la localidad de Berviers, para disfrutar del esquí y del impresionante paisaje alpino. La princesa ha compartido unas imágenes espectaculares desde las cumbres nevadas con su hijo Vincent y su perrita Grace, que parecía disfrutar de lo lindo de la excursión.
"Un saludo desde Suiza, donde Grace disfruta de la vida en las montañas y la nieve", escribía Mary de Dinamara junto a una serie de fotografías en las que la protagonista indiscutible era su mascota, que descansaba relajada sobre el manto blanco y bajo el sol del atardecer que se colaba entre las nubes. Solo en dos instantáneas, 'la reina de la casa' compartía plano con la princesa y con su hijo pequeño. Vincent posaba al lado de su perrita tumbado sobre la nieve con un anorak azul marino y muy sonriente. En otra de las imágenes, su madre, aún con los esquís puestos, se agacha para acariciarle la cabeza a Grace mientras mira a la cámara con gorro y gafas de sol.
Los príncipes herederos y sus hijos son unos habituales de las pistas de esquí, pero en ocasiones este deporte puede jugar malas pasadas como le sucedió a Federico de Dinamarca la semana pasada. El hijo de la reina Margarita tuvo que ser intervenido tras lesionarse el hombro izquierdo practicando esta disciplina durante una visita a sus hijos y su esposa. Afortunadamente, la operación transcurrió sin complicaciones y se recupera en Dinamarca según lo previsto.
A pesar de este percance, la familia está encantada con esta estancia en el país alpino. “En Suiza las cosas van muy bien. Los niños avanzan. Cuando tomamos la decisión (de que estudiaran en el extranjero) pensamos que sería un regalo para ellos, y después de un mes puedo decir que así es y que prospera”, contaba recientemente Mary a la revista semanal danesa Billed Bladet. La princesa y sus cuatro hijos viven en un chalet que poseen desde hace más de diez años en plena naturaleza y el príncipe les visita tanto como sus compromisos oficiales se lo permiten.