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Hace ya casi dos años que el príncipe Henrik de Dinamarca falleció en casa tras permanecer ingresado en un hospital de Copenhague a causa de una infección pulmonar que agravó su ya de por sí delicado estado de salud. Desde ese momento, su esposa, la reina Margarita, ha intentado recobrar la normalidad y remontar poco a poco la pérdida del que fue, durante más de cinco décadas, su compañero de vida. El mismo que durante sus dos últimos años de vida, estuvo aquejado de demencia. No fueron, pues, momentos fáciles ni para el príncipe ni para su esposa, la Reina, que ya desde aquellos primeros instantes se encontró muy sola, tal y como reconocía recientemente en una entrevista.
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"De repente fue todo distinto, como si de un momento a otro estuvieras solo. Él ya estuvo enfermo durante los últimos dos años y no pudimos pasar tanto tiempo juntos como antes. Tuve que acostumbrarme a hacer las cosas sola", reconocía la Reina al diario Expressen. Eso sí, en todo momento contó con el apoyo y la ayuda del resto de su familia, especialmente de su primogénito y heredero al trono, el príncipe Federico de Dinamarca. El papel de éste no solo se limitó al ámbito personal y privado, sino que también abordó una mayor responsabilidad institucional, como sucedió cuando acompañó a su madre a un viaje de Estado a Argentina. "Dos pueden hacer más que uno, el príncipe mantuvo encuentros con una delegación comercial en las que yo ni siquiera participé", indicaba la soberana.
Aunque por el momento no piensa abdicar ni, por tanto, ceder el trono a su hijo, lo cierto es que con el paso de los años la reina Margarita ha percibido cómo su físico se ha resentido ligeramente. "Ya no hago tanto trabajo físico como solía hacer antes. Disminuye la velocidad, los pasos se perciben más difíciles y altos, en el espejo puedes ver que los años van dejando su huella", comentaba en este sentido, sin dejar, eso sí, de verse como una "niña mayor".
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Quizá ha sido este último aspecto el que le ha llevado a participar, en un acto sin precedentes, en un docureality. Esta misma semana, se emitía un episodio más de The Koch on Top -una suerte de Pesadilla en la cocina que se emite en el canal TV3-. Según informaba la prensa danesa hace solo unos días, el restaurante Seventeen, enmarcado en el exclusivo hotel Alsik -en el corazón de Sønderborg-, iba a recibir en el mencionado capítulo la visita de Margarita de Dinamarca. Así, el chef Jesper Koch arengaba a la plantilla del establecimiento para que se prepararan y organizaran adecuadamente con el fin de que todo saliera perfecto.
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