Hace exactamente un mes, la reina Margarita de Dinamarca llegó a la residencia estival de Graasten, un castillo que lleva cerca de ocho décadas sirviendo de escenario para los posados familiares de la Casa Real. Allí le esperaban sus nietos, los hijos del heredero Federico y su esposa Mary. Todos ellos protagonizaron las instantáneas más tiernas y entrañables del verano, con los pequeños saludando a su abuela con un amplio repertorio de besos y abrazos y retratándose como cada año en los jardines.
Margarita de Dinamarca recicla su vestido del posado de verano... ¡hasta tres veces!
Tras aquel reencuentro -y el posterior posado oficial-, Federico, Mary y sus hijos pusieron rumbo a su destino estival a bordo del Barco Real K/S Dannebrog, con el que recorrieron algunos de los rincones más bonitos y pintorescos del país. Mientras tanto, la soberana hizo también las maletas y se marchó a uno de los rincones con más significado para ella y para su difunto marido, el príncipe Henrik: el Château de Cayx, al norte de Toulousse, en Francia. Se trata de un castillo compuesto por diez habitaciones, cuatro salones, una piscina y una gran cocina que adquirió el matrimonio hace casi medio siglo y que está ubicado a tan sólo 15 kilómetros de la casa de Le Cayrou en la que el marido de Margarita pasó su infancia.
Tras una profunda remodelación, ambos plantaron uvas moradas -de la variedad Malbec sobre todo- en gran parte de sus 21 hectáreas y convirtieron este enclave en su particular tesoro. Aquí el príncipe escribió poesía, puso en marcha una producción de vino -cuyo caldo se sirvió, por ejemplo, durante la boda de Federico y Mary- y cuidaron sus bonitos rosales. Por eso este rincón es tan especial para la monarca y por eso, año tras año, cumple con la tradición de alojarse en este castillo durante parte del verano. Esta vez no ha sido diferente y, tal y como ha mostrado la Casa Real danesa, la hemos podido ver disfrutando de las tardes al aire libre en compañía de Tilia, la perra salchicha propiedad de su recordado esposo.
La reina Margarita también ha tenido tiempo para dedicarse a una de sus pasiones: la pintura. Así, ha retratado, por ejemplo, algunos de los árboles de este bonito paraje francés y lo ha hecho muy concentrada, a juzgar por las fotografías. Pero no todo ha sido contemplación. La madre de Federico de Dinamarca protagonizó esta semana una visita sorpresa al mercado de Cahors, que se celebra cada miércoles, un bazar que tiene lugar al aire libre en la plaza anexa a la catedral. Ataviada con la tradicional canasta, la soberana realizó sus compras y caminó entre los puestos como una transeúnte más.