Ocurrió la cálida noche de verano del 13 de julio en la que los cuatro hijos de Federico y Mary de Dinamarca, los príncipes Christian, Isabella, Vincent y Josephine, jugaban tranquilamente en los jardines del Castillo de Gråsten, residencia en la que cada verano descansa la Familia Real y que los reyes Federico e Ingrid de Dinamarca recibieron en 1935 como regalo de bodas. Eran las nueve y media de la noche. En un momento determinado, el primogénito de los herederos al trono danés reparó en algo que le llamó poderosamente la atención: dos personas, que no pertenecían al equipo de seguridad ni tampoco a la plantilla de empleados de la Casa Real se habían colado en la propiedad y en estos momentos pululaban por los jardines.
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A sus doce años, Christian de Dinamarca sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Avisó de inmediato a los guardias del castillo, que salieron a los jardines en busca de los dos intrusos y lograron reducirles en pocos minutos. "Podemos confirmar que son un hombre de 29 años y una mujer de 28 y todo apunta a que son personas sin hogar", confirmó Helle Lundberg, oficial de comunicaciones de la policía de South y South Jutland a Her & Nu, tal y como recoge el diario Expressen. "El arresto se produjo sin dramas. Estos dos ladrones sabían que habían un par de cerezos en los jardines del castillo", añadió. Al parecer, los dos ladrones sólo pretendían coger algunas de las cerezas, por lo que fueron liberados posteriormente.
Este suceso se produjo tres días antes de que la Familia Real danesa protagonizara su tradicional posado estival en el castillo de Gråsten. Los retratos se tomaron durante el desfile de jinetes que se celebra cada año frente a la residencia real y en el que Grace, el perro de la familia, fue uno de los grandes protagonistas. Federico y Mary de Dinamarca estuvieron en todo momento muy pendientes de sus hijos, especialmente de Christian, segundo en la línea de sucesión, debido al susto que había sufrido esa misma semana. Tras las vacaciones oficiales de la Familia Real danesa, y tal y como ocurre con la española, Federico, Mary y sus hijos pusieron rumbo a su viaje familiar y más privado. Así, se han dedicado a navegar en el yate real Dannebrog, recalando en playas, safaris y museos, tal y como ha informado puntualmente la Casa Real a través de su cuenta de Instagram.
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El incidente en los jardines del Castillo de Gråsten -lugar en el que es habitual ver jugar y divertirse a los cuatro hijos de Federico y Mary- no es, ni mucho menos, el primero que sufre el primogénito de los herederos, aunque afortunadamente todos ellos han quedado en un susto. Hace casi tres años, también durante unas vacaciones, un socorrista tuvo que rescatarle después de que se quedara atrapado en una corriente en Mermaid Beach debido al fuerte oleaje, según informó el diario The Courier Mail.