¡Mira quién baila! Federico y Mary de Dinamarca se convierten en los 'reyes' de la pista
Los Príncipes fueron los encargados de abrir el baile durante la velada celebrada anoche en el edificio de Arte e Industria del Smithsonian en Washington con motivo de su visita oficial a Estados Unidos para promover las relaciones comerciales y empresariales bilaterales
¡Mira quién baila! Se dirían unos a otros invitados para que ninguno se perdiera el que fue el gran momento de la noche: el baile de Federico y Mary de Dinamarca en la gala celebrada en su honor en el edificio de Arte e Industria del Smithsonian de Washington con motivo de su visita a Estados Unidos para promover las relaciones comerciales y empresariales bilaterales. No debía sorprender a nadie ni la complicidad (ya son 12 años para 13 los que llevan juntos), ni la destreza (pese al largo vestido con cola y a los altos tacones de la Princesa, que salva con elegancia cualquier apuro), ni el ritmo (la música es una de las pasiones del Príncipe que tuvo su momento de gloria en el escenario con la banda de rock Led Zeppelin) de la pareja real después de tantos primeros bailes de gala, pero lo cierto es que sorprendió lo bien que lo hicieron a los empresarios, políticos y representantes de la Embajada de Dinamarca que allí se encontraban. Los Herederos se proclamaron los reyes de la pista al son de Isn’s she lovely. Y todos, al contemplar a la princesa Mary en alas de la danza, no podían más que darle la razón a Stevie Wonder (autor del tema, aunque fue interpretado para la ocasión por otra cantante de color), y asentir: Es preciosa.
Mary de Dinamarca reina aunque no se lo proponga, pero es que en este viaje comercial y empresarial a Estados Unidos además se lo ha propuesto. Anoche la Princesa ocupó el trono absoluto de la elegancia cuando junto a su marido, impecable con esmoquin azul y pajarita, hizo acto de aparición en el evento de gala con un vestido largo, con escote de palabra de honor y sicodélico estampado en tonos morado, azul y rojo, que resaltaba su increíble figura, especialmente para sus 44 años y cuatro hijos. El traje firmado por la diseñadora danesa Julie Fagerholt Heartmade no era nuevo y tuvo su primera puesta hace años también en los States. Esta vez la Princesa lo coronó con sus fabulosos pendientes de zafiro, que lució en todo su esplendor al retirar su melena de la cara con un semirrecogido. El vestido de ayer era el último de una serie de alegres conjuntos estampados con los que ha vestido esta semana. Ese mismo día por la mañana la princesa Mary acompañó al príncipe Federico a la ceremonia de apertura de la Cámara de Comercio en Washington con un vestido blanco roto con dibujo floral y, como único adorno, unos exquisitos pendientes estilo pendentif de diamantes con colgante de piedra azul talla lágrima. Enésima lección de estilo.
No sólo hizo gala de glamour en este viaje de cuatro días que llevará a la pareja real a Washington, Boston y Masachuettes antes de regresar a Dinamarca, también de su don de gentes. Y es que una vez más la princesa Mary ha vuelto a hacer amigos. Cada aparición es una demostración de esa fuerza del cariño, de ese cariño que no se fuerza, de los que la conocen en persona. Esta visita está siendo marco de sus últimas conquistas: las niñas de las flores, Dagmar Moelier, de cuatro años, en el baile de gala, y Mia Heltberg, de siete, en la Cámara de Comercio. Todas las princesas a su llegada a un acto oficial reciben un bouquet de manos de una pequeña, pero solo la princesa Mary entabla conversación con ellas… y se hace amiga.