El príncipe Henrik de Dinamarca, marido de la reina Margarita, se jubiló el pasado 1 de enero, según anunció su esposa en el tradicional discurso de Navidad, que en el país escandinavo tiene lugar el día de Nochevieja. “La participación del Príncipe en actos oficiales será a partir de ahora muy limitada. Comprendo y respeto su decisión. Le estoy enormemente agradecida por su apoyo e inspiración durante todos estos años”, afirmó la Soberana danesa durante su intervención televisada el último día de 2015. La Reina subrayó que el nuevo estado de su marido será el de “pensionista” y que no estará presente en actividades oficiales como la apertura del parlamento, visitas de estado al extranjero o recepciones de diplomáticos. No obstante, la Jefa de Estado danesa se mostró convencida de seguir contando con su ayuda, “aunque ésta sea ahora menos visible”.
El punto y final a la agenda oficial del Príncipe, de 81 años, se produjo ayer, cuando acudió a la recepción y cena de Año Nuevo que se celebró en el Palacio de Amalienborg de Copenhague. La semana que viene el Príncipe ya no participará en las recepciones que tendrán lugar en el Palacio de Christianborg, a las que la reina Margarita acudirá en solitario.
De ahora en adelante, el Príncipe, según un comunicado de Palacio, se dedicará sobre todo a sus pasiones, “el arte, la literatura y la música”, que compaginará con la presidencia honorífica de diferentes ONG’s, como la de la filial danesa del Fondo Mundial para la Naturaleza. La agenda de trabajo del Príncipe será asumida por su esposa y por los príncipes Federico y Mary.
Según la nota de Palacio, el presupuesto de la Casa Real no sufrirá ningún cambio con el retiro del Príncipe, una vez que la dotación que le corresponde, 8 millones de coronas danesas (aproximadamente un millón de euros) anuales, se viene utilizando ya para el mantenimiento de los palacios de la Familia Real y otros gastos logísticos. La reina Margarita recibirá en 2016 por tanto 79,5 millones de coronas (aprox. 10.650.000 €) frente a los 79 (10.500.000 €) de 2015, mientras que el resto de la Familia Real, incluido el príncipe Henrik, se repartirán 27 millones de coronas (3.600.000 €) frente a los 26,8 millones (3.500.000 €) del año pasado.
Según diversos analistas, la jubilación del príncipe Henrik supone un cierto alivio para la Casa Real, que en los últimos meses ha tenido que hacer frente a diferentes inoportunidades del consorte de la Soberana. Así, en abril pasado, el Príncipe canceló su presencia en las celebraciones del 75º cumpleaños de su esposa, alegando padecer una fuerte gripe. Sin embargo, apenas un día después, el Príncipe se fue solo de vacaciones a Venecia. Este comportamiento supuso un varapalo para su imagen pública. Un 58% de los daneses, según una encuesta del periódico BT, consideraron entonces que el Príncipe había humillado a su esposa con su desplante. Igualmente, unas declaraciones al diario francés Le Figaro el pasado otoño fueron motivo de polémica, al afirmar sentirse “discriminado” por no haber sido nombrado Rey, una de sus conocidas grandes frustraciones.
Los medios de comunicación daneses coinciden en cualquier caso en que el Príncipe siempre ha sido una figura importantísima en la vida de la Reina y que su retiro supondrá, por un lado, una mayor responsabilidad para la Soberana y, por otro, un aumento de las voces que abogarán por un cambio generacional en el trono escandinavo, si bien la reina Margarita, de 75 años de edad, ha mantenido siempre su intención de permanecer en la jefatura del estado hasta su fallecimiento. Según estos medios, la Soberana habría preferido que su marido no hubiera tomado la decisión de retirarse oficialmente.
La reacción del Gobierno danés al anuncio de la jubilación del príncipe Henrik no se ha hecho esperar. El primer ministro Lars Løkke Rasmussen agradeció al Príncipe su “gran dedicación a nuestro país” recordando además que “durante más de 48 años, el Príncipe consorte ha representado a Dinamarca con sabiduría y habilidad y al mismo tiempo sin perder un ápice de su gran personalidad. En nombre del pueblo de Dinamarca le deseo mucha felicidad en este nuevo capítulo de su vida”.
El príncipe Henrik nació el 11 de junio de 1934 en Talence, en la Gironda francesa, siendo hijo de los Condes de Monpezat. El futuro Príncipe danés pasó parte de su infancia en Vietnam y estudió más tarde en París y Hong Kong, convirtiéndose en diplomático de carrera. Gran amante de la poesía, el Príncipe ha escrito un gran número de libros en su lengua materna, el francés. En 2014 se publicó su último poemario, titulado Dans mes nuits sereines (En mis noches serenas). El 10 de junio de 1967 contrajo matrimonio con la por aquel entonces Princesa heredera de Dinamarca, Margarita, en la Iglesia de Holmen de Copenhague. La pareja, que se había conocido en Londres - la futura Reina estudiada en la London School of Economics -, tiene dos hijos: el príncipe heredero Federico, nacido el 26 de mayo de 1968, y el príncipe Joaquín, nacido el 7 de junio de 1969. El Príncipe posee una finca en Cahors, el Château de Cayx, adquirido junto a su esposa en 1974, donde ha venido produciendo vino de gran calidad durante cuatro décadas. En abril pasado, la Casa Real anunció que el Príncipe había decidido retirarse como productor vinícola y arrendar sus terrenos a la empresa francesa Vinovalie.
Una situación con pocos antecedentes
Si bien el caso de la jubilación oficial del príncipe Henrik se puede considerar inédita en las Casas Reales europeas - en el caso de Dinamarca la reina Margarita es la primera mujer que ocupa el trono desde el siglo XV -, se podría considerar un antecedente la trayectoria del príncipe Claus de Holanda, esposo de la actual princesa Beatriz, antigua Soberana de los Países Bajos. Debido a sus múltiples depresiones, el Príncipe consorte, fallecido en 2002, tuvo problemas para mantener una agenda de trabajo regular. Así, por ejemplo, en 1982 y 1983 prácticamente todas sus actividades oficiales fueron suspendidas, teniendo que hacer frente la Reina a una carga de trabajo extra. Pese a que el Príncipe tuvo periodos de recuperación en los que se mantuvo razonablemente activo, su presencia pública fue escasa, por lo que tanto su esposa como el por aquel entonces príncipe heredero Guillermo Alejandro vieron aumentados sus compromisos de forma notable.