Un nuevo soplo de las vacaciones reales refresca el verano. A escasos días de la tradicional sesión de fotos estival de toda la Familia Real danesa, los príncipes Federico y Mary protagonizan con sus cuatro hijos su particular ensayo en la anual parada de jinetes frente al palacio de Gråsten, al sur de Jutlandia.
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Ni el atento príncipe Federico, ni la maternal princesa Mary, ni el responsable príncipe Christian, ni la profesional princesa Isabella, ni el simpático príncipe Vincent eclipsaron a la espontánea princesa Josephine, verdadera estrella de esta ocasión. Una semana después de que se rompiera el brazo izquierdo durante una clase de hípica, la adorable princesita, de cuatro años de edad, no sólo no parecía desanimada, sino todo lo contrario: se mostró desatada durante el alegre desfile que tuvo lugar en los jardines de la residencia de verano donde los Herederos pasan estos días de descanso.
La princesita, que ya bastante llamaba la atención con el vendaje azul eléctrico de su brazo escayolado, hizo las delicias de todos los presentes con un derroche gestos de emoción y entusiasmo al ver los caballos pasar. Cuando los jinetes se detenían ante la Familia Real para obsequiar a las damas reales los ramos de flores, ella corría hacia ellos encandilada y sin evidenciar ni pizca de miedo después de su reciente caída.
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El príncipe Christian ejercía de hermano mayor responsable y de experimentado heredero del Heredero, aunque tampoco pudo evitar sonreírse con las gracietas de la benjamina de la familia, la princesa Josephine, 26 minutos menor que su mellizo, el príncipe Vincent, de azulón a tono con el brazo lastimado. Su hermana la princesa Isabella, que llevaba el mismo vestido verde jade con estampado de flores que la pequeña gran protagonista, parecía a su lado la encarnación de la calma olímpica. Y el príncipe Federico se alternaba para atender a todos con la princesa Mary, relajada y elegante con un veraniego vestido camisero de color crema que combinó con sencillas joyas de oro y jade. También la música amenizó este espectáculo ecuestre que ganó el aplauso de toda la Familia Real danesa, incluso de la princesa Josephine, definitivamente en forma pese a su brazo escayolado.
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Mientras tanto, la reina Margarita de Dinamarca y su marido, el príncipe consorte Henrik, completan su estancia en Groenlandia, que iniciaran el pasado 8 de julio. Regresarán a tiempo para la sesión de fotos con la prensa en Gråsten y la tradicional recepción que se celebrará este 27 de julio.
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La princesa Josephine se rompió la semana pasada el brazo izquierdo en una clase de equitación en Gråsten, donde los príncipes Federico y Mary y sus cuatro hijos disfrutaban de su merecido descanso en Jutlandia como suelen hacer todos los años por estas fechas. La melliza de los Herederos daneses fue llevada de inmediato a la sala de urgencias del Hospital de Aabenraa y después al Hospital de la Universidad de Odense, pero los daños que había que lamentar afortunadamente eran menores. Se fracturó el cúbito de forma limpia por lo que no requirió operación sino tan sólo escayola.
Los Herederos y su familia han continuado disfrutando sus vacaciones a pesar de todo y también practicando deporte con todas las protecciones. A los príncipes Federico y Mary se les ha visto días atrás dando paseos a caballo y en bicicleta con toda la familia al completo, con sus cuatro hijos y con su perro Ziggy, un Border Collie. Los príncipes Christian e Isabella, ya mayores para darle a los pedales a toda velocidad, montan grandes bicis con los cascos puestos y encabezan el pelotón. Sus hermanos pequeños, los príncipes mellizos Vincent y Josephine, aún muy chicos para pedalear a su ritmo, les siguen de cerca y a buen recaudo en el carrito de la bicicleta conducida por la princesa Mary. Y el verano no ha hecho más que empezar.
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Ni el atento príncipe Federico, ni la maternal princesa Mary, ni el responsable príncipe Christian, ni la profesional princesa Isabella, ni el simpático príncipe Vincent eclipsaron a la espontánea princesa Josephine, verdadera estrella de esta ocasión. Una semana después de que se rompiera el brazo izquierdo durante una clase de hípica, la adorable princesita, de cuatro años de edad, no sólo no parecía desanimada, sino todo lo contrario: se mostró desatada durante el alegre desfile que tuvo lugar en los jardines de la residencia de verano donde los Herederos pasan estos días de descanso.
La princesita, que ya bastante llamaba la atención con el vendaje azul eléctrico de su brazo escayolado, hizo las delicias de todos los presentes con un derroche gestos de emoción y entusiasmo al ver los caballos pasar. Cuando los jinetes se detenían ante la Familia Real para obsequiar a las damas reales los ramos de flores, ella corría hacia ellos encandilada y sin evidenciar ni pizca de miedo después de su reciente caída.
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El príncipe Christian ejercía de hermano mayor responsable y de experimentado heredero del Heredero, aunque tampoco pudo evitar sonreírse con las gracietas de la benjamina de la familia, la princesa Josephine, 26 minutos menor que su mellizo, el príncipe Vincent, de azulón a tono con el brazo lastimado. Su hermana la princesa Isabella, que llevaba el mismo vestido verde jade con estampado de flores que la pequeña gran protagonista, parecía a su lado la encarnación de la calma olímpica. Y el príncipe Federico se alternaba para atender a todos con la princesa Mary, relajada y elegante con un veraniego vestido camisero de color crema que combinó con sencillas joyas de oro y jade. También la música amenizó este espectáculo ecuestre que ganó el aplauso de toda la Familia Real danesa, incluso de la princesa Josephine, definitivamente en forma pese a su brazo escayolado.
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Mientras tanto, la reina Margarita de Dinamarca y su marido, el príncipe consorte Henrik, completan su estancia en Groenlandia, que iniciaran el pasado 8 de julio. Regresarán a tiempo para la sesión de fotos con la prensa en Gråsten y la tradicional recepción que se celebrará este 27 de julio.
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Los Herederos y su familia han continuado disfrutando sus vacaciones a pesar de todo y también practicando deporte con todas las protecciones. A los príncipes Federico y Mary se les ha visto días atrás dando paseos a caballo y en bicicleta con toda la familia al completo, con sus cuatro hijos y con su perro Ziggy, un Border Collie. Los príncipes Christian e Isabella, ya mayores para darle a los pedales a toda velocidad, montan grandes bicis con los cascos puestos y encabezan el pelotón. Sus hermanos pequeños, los príncipes mellizos Vincent y Josephine, aún muy chicos para pedalear a su ritmo, les siguen de cerca y a buen recaudo en el carrito de la bicicleta conducida por la princesa Mary. Y el verano no ha hecho más que empezar.
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