Mary y Marie de Dinamarca: duelo de elegancia en Amalienborg
Las preciosas joyas de la Corona volvieron a brillar en los salones palaciegos con motivo de la cena de gala en honor al Presidente de Turquía, Abdullah Gül
El pulso de elegancia está garantizado cuando las princesas Mary y Marie coinciden en un acto oficial. Anoche la Familia Real danesa se vistió de largo para obsequiar con una cena de gala en el palacio de Amalienborg al Presidente de Turquía, Abdullah Gül, y a su esposa, Hayrunnisa Gül, que iniciaron ayer una visita oficial de tres días a Dinamarca.
La pareja presidencial había sido recibida horas antes con los máximos honores por los miembros de la Familia Real en el aeropuerto de Copenhague, donde las jóvenes Princesas dieron también una lección de estilo con sendos abrigos y especialísimos tocados. Horas después, la familia de la reina Margarita lucía sus mejores galas en este concurrido banquete en el que se dieron cita unos 150 invitados, incluyendo también a los miembros de la delegación turca, representantes del Gobierno danés y de la Dinamarca oficial.
Mary de Dinamarca, que no ha dejado de deslumbrar por su belleza y buen gusto, fue una princesa modelo durante la velada. Desvió hacia sí todas las miradas con un espectacular vestido brocado de color rosa con escote barco, cuerpo entallado y falda abullonada. Coronó su puesta en escena con fabulosas joyas de los cofres reales: su tiara de boda, regalo de Margarita de Dinamarca; un collar de perlas con colgante de piedra preciosa rosa y pendientes a juego.
Su rival, y sin embargo buena cuñada, compitió por el trono de la elegancia con un vestido rojo con cuerpo de encaje y falda de seda, que adornó con espectaculares piezas de joyería: la tiara floral de diamantes, que originalmente fue un regalo del rey Federico IX y la reina Ingrid a la reina Margarita, y unos largos pendientes de brillantes. También la impresionante estola de visón de la soberana danesa tuvo su momento de gloria.