La futura Princesa de Asturias, que el próximo 22 de mayo recorrerá vestida de blanco la alfombra que la conducirá al altar, ha llegado a la Iglesia de Nuestra Señora de Copenhague junto al príncipe Felipe, luciendo un traje largo de gran gala realizado por el modisto [Lorenzo Caprile]. El diseñador madrileño, que también fue el encargado de confeccionar el vestido que llevó doña Letizia ayer en la gran gala celebrada en el Teatro Real de Copenhague, ha confeccionado un vestido con original juego de drapeados en escote y espalda, realizado en crepe satén y tul de seda natural de color rojo fuego. Todos los tejidos, por expreso deseo de doña Letizia, son españoles y proceden de la firma textil madrileña José María Ruiz.
Los zapatos, firmados por Pura López, están realizados en el mismo crepe satín del vestido, y el bolso de mano, bordado con canutillos de cristal, es una auténtica pieza de museo de principios del siglo XX. Como complementos, la futura princesa ha elegido un soberbio aderezo de brillantes y rubíes compuesto por pendientes y broche Art Decó cedidos para la ocasión por Doña Sofía.
Ha sido una de las pocas invitadas que no ha lucido tiara; y es que, quizá, la esté reservando para el día más especial de su vida, su enlace con el príncipe Felipe en el que se convertirá en Princesa de Asturias.