La receta más dulce e irresistible de la Familia Real belga en Navidad

Los Reyes Felipe y Matilde están felices. Es Navidad y tienen a los tres hijos mayores en casa. La princesa Elisabeth, de 23, que estudia en la universidad de Harvard (EE. UU.); Gabriel, de 21 años, que continúa su formación militar; y Emmanuel, de 19, que se forma en España (Zaragoza) en una academia de fútbol profesional. Junto a la más pequeña de la familia, la princesa Eléonore, de 16, lo organizaron todo para que sean unas Navidades inolvidables en Laeken, el palacio donde arrancaron las fiestas entre árboles de Navidad, Belenes y la tradicional felicitación de la familia.

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Una postal de buenos deseos a la que siguió el Concierto anual en el Palacio Real de Bruselas en agradecimiento al personal y los proveedores de la Corte. Entre ellos, los chocolateros Galler o el pastelero Wittamer. Es una familia que se cuida mucho —dieta y deporte—, pero que no se resiste a las tradiciones culinarias belgas: foie gras y paté gourmet, carne de caza, aves rellenas, bacalao real. Y mucho menos a los dulces, aunque el Rey es entusiasta de los productos sin gluten (se dice que por su intolerancia). Por lo demás, es sabido que a Felipe le encanta la especialidad belga por excelencia: los gofres, espolvoreados con azúcar glas, un postre que sus hijos cocinan siguiendo una receta casera; que en la mesa no falta el cougnolle con forma de Niño Jesús y que nadie se resiste al chocolate.

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Gofres

Dificultad: Fácil

Tiempo de preparación: 90 minutos

Ingredientes (para 6/8 personas)

• 1 kg de harina de trigo
• 30 g de levadura fresca de panadería
• 250 g de leche en polvo
• 25 g de azúcar moreno
• 1.250 ml de agua tibia
• 1/2 vaina de vainilla
• 6-8 claras de huevo
• 10 g de sal
• 500 g de mantequilla

Para acompañar

• Chantillí, frambuesas y azúcar glas

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Elaboración

Ponemos la harina en un cuenco grande. Hacemos un hueco en el centro y añadimos la levadura, diluida en 250 ml de agua tibia. Agregamos la leche en polvo, el azúcar moreno, las semillas de la vaina de vainilla y el resto del agua tibia. Mezclamos todo bien hasta obtener una masa. Tapamos con papel film y dejamos que fermente la masa, durante 30 o 40 minutos, en un lugar cálido. Un sitio perfecto puede ser el horno, previamente templado y apagado. Ahora añadimos la mantequilla derretida y mezclamos para, seguidamente, incorporar las claras montadas con un poco de sal, hasta que estén firmes. Mezclamos todo bien y añadimos porciones de la masa en una 'gofrera', sin necesidad de añadir mantequilla. Cuando tengamos los gofres listos, los rellenamos con chantillí y los servimos con azúcar glas y frambuesas frescas.