A las puertas de la Navidad, como manda la tradición, Elisabeth de Bélgica (23) ha vuelto a casa. La duquesa de Brabante ha reaparecido en público en el tradicional concierto de Navidad junto a su hermana pequeña, la princesa Éléonore (16), y sus padres, los reyes Felipe y Matilde. Los grandes ausentes han sido sus otros dos hermanos, los príncipes Gabriel (21) y Emmanuel (19), que se están formando en el extranjero.
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Con un vestido de terciopelo rojo burdeos de manga francesa, entallado en la cintura y estratégico escote en V en la espalda, la heredera al trono belga ha hecho acto de presencia. Elisabeth llevó todos los complementos en el mismo tono, incluidos unos pendientes largos y una pulsera, una pieza muy especial.
La pulsera que la Princesa ha lucido en su mano derecha es un brazalete icónico de la reina Fabiola con una franja central de rubíes y dos de diamantes a los lados. La mujer del rey Balduino la usó en múltiples ocasiones y la recibió como regalo de bodas de sus cuñados, los reyes Alberto y Paola, abuelos paternos de la princesa Elisabeth. Fabiola de Mora y Aragón recibió joyas excepcionales con motivo de su matrimonio, una de las más importantes, la diadema ducal que recibió del general Franco.
Después de la muerte de la reina Fabiola, la pulsera pasó al joyero de Matilde de Bélgica, así que es una de las piezas que han pasado a engrosar el tesoro de la Casa Real. Otras joyas de la Reina belga de origen español fueron heredadas por sus sobrinos y se consideran joyas familiares. También a la madre de Elisabeth se la ha visto con esta alhaja en muchos actos públicos.
Si Elisabeth de los belgas ha impactado con su regreso navideño, su hermana pequeña no ha defraudado. Vestida de plata, la benjamina cada vez se está haciendo más mayor y derrocha estilo adolescente. Las dos hermanas han dado muestras de su gran sintonía y de ser un gran apoyo. Así, las hemos visto cogidas del brazo, a la manera en que lo hacen la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Las Princesas y los Reyes han acudido al Salón del Trono, que ha recuperado todo su esplendor debido a las obras en las fachadas y en algunas salas que impidieron que el año pasado el evento se celebrara bajo su techo.