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Laurent de Bélgica y Claire de Bélgica © Getty Images

Nuevo capítulo para el polémico príncipe Laurent: el hermano del Rey de Bélgica quiere ser italiano

A sus 60 años, el hermano del rey Felipe quiere mudarse a Roma o Milán con su esposa Claire


26 de septiembre de 2024 - 7:44 CEST

La desvinculación de Laurent de Bélgica como royal de la Casa Real van in crescendo. El Príncipe, de 60 años y hermano del rey Felipe de los belgas, quiere tener doble nacionalidad y por eso va a pedir la ciudadanía italiana y pretende mudarse al país transalpino, lugar de origen de su madre, la reina Paola, tal y como el polémico príncipe ha expresado en una nueva entrevista. Lo cierto es que tras años en los que las controversias le han perseguido, Laurent de Bélgica tendría, desde hace tiempo, interés en irse al extranjero y poder ser independiente, algo que nos recuerda al caso del príncipe Harry de Reino Unido.  

El príncipe Laurente y su mujer Claire con sus tres hijos© Getty Images

En una entrevista con el medio de comunicación, Sudinfo ha dicho que quiere tener doble nacionalidad y que sus sueños pasarían por irese a vivir a Italia, en concreto a Roma o Milán. Laurent de Bélgica asegura que los orígenes italianos de su madre deberían facilitarle a él y a su esposa, la princesa Claire, la obtención de la nueva ciudadanía. El Príncipe conoce bien Italia por vía materna y porque desde hace una década posee una villa en la isla de Panarea, al norte de Sicilia, donde le gustaría organizar seminarios sobre medio ambiente. Sin embargo, este no sería su hogar sino una vivienda en una gran ciudad, que es donde quiere residir su esposa. 

Esto no significa que el hermano del rey Felipe vaya a renegar de su ciudadanía belga, sino que además de esta quiere la italiana. Desde el año 2008, Bélgica acepta la doble nacionalidad.  En su conversación con el medio belga asegura que “por primera vez tengo la impresión de que cuento con el apoyo de los políticos belgas que entienden que es hora de apoyarme”. 

La pasada primavera, Laurent de Bélgica ya avanzó en el periódico Het Laatste Nieuws que “el tiempo que me quede antes de morir, quiero lograr algo por lo que mis hijos estén orgullosos” y dijo que estaba “preparando una nueva vida”. En muchas ocasiones ya ha manifestado que prefiere apartarse de sus obligaciones reales y de la asignación que lleva asociada para poder ser libre y trabajar en sus propios proyectos. 

Dentro de la Familia Real belga, el príncipe Laurent, su hermana, la princesa Astrid y su padre, el rey Alberto, son los únicos miembros de la familia del monarca que reciben dinero público con el que el Estado financia sus actividades oficiales y les remunera por ello. A cambio, esta dotación los priva de seguridad social. “Llevo veinte años luchando para acceder a la seguridad social para mi esposa y mis hijos. Quiero dejar claro que nunca quise depender de la asistencia pública. Pero si hacen todo lo posible por mantener tu cabeza bajo el agua, te impiden elegir. Mi elección ya está hecha. He decidido vivir una vida diferente y pido que me liberen de mis obligaciones”, ha subrayado. 

El príncipe Laurent visita a menudo Italia, donde tiene grandes amigos. Está muy unido al príncipe Carlos de Borbón- Dos Sicilias, quien vive en el país transalpino, ya que es padrino de su hija María Carolina. Laurent de Bélgica vio recientemente a su ahijada cuando fue a Turín con su hija Luisa para el cumpleaños de uno de los bisnietos del último rey de Italia. La prensa belga apunta de que si finalmente se cumplen sus deseos y abandona Bélgica,  corre el riesgo de perder su dotación. 

¿Por qué no deja sus deberes reales?

La cuestión que muchos se preguntan es por qué el príncipe Laurent no renuncia por completo a sus deberes reales y vive su vida en completa libertad. Desde hace años está esperando que su empresa recupere las decenas de millones que tiene congelados por el asunto de unos fondos libios. Ha ganado varios juicios, mientras su empresa medioambiental está bloqueada, ya que sin esos fondos no puede trabajar. Según él, los diversos obstáculos que ha encontrado se deben a políticos que no han querido implicarse en este asunto. 

La vida oficial del príncipe Laurent se circunscribe al Día Nacional y a unas pocas apariciones en actos familiares. Unas apariciones casi anecdóticas que con el paso del tiempo han ido disminuyendo a medida que iban aumentando sus escándalos, lo que ha hecho que la relación con el monarca se haya ido enfriando. A Laurent de Bélgica siempre le ha resultado difícil adaptarse a su papel dentro de la Casa Real. En 2016 reconoció que en ocasiones se sentía muy “harto” de ser Príncipe y meses antes criticó a su padre y a su tío, el rey Balduino. En agosto de 2019 concedió una entrevista donde manifestó que durante su juventud, sus padres no estuvieron demasiado presentes, sino todo lo contrario, y se quejó de que prestaran mucha más atención al actual soberano. 

Ya de adulto, sus declaraciones y negocios han acaparado titulares. En julio de 2003 fue demandado por la vía penal por el fondo soberano de Libia LIA (Libyan Investment Authority) de fraude, extorsión y tráfico de influencias tras su intento de recuperar fondos de un proyecto de reforestación en el desierto de Libia que finalmente no se llevó a cabo. Años antes, en 2011 ya fue apartado de toda actividad institucional por hacer un viaje al Congo sin autorización del Gobierno. Años antes declaró como testigo en un caso millonario de desvío de fondos.