Desde que hace algo más de dos años fue reconocida legalmente como hija biológica de Alberto II, Delphine de Bélgica se ha sumado a los actos de la realeza en compañía de su marido, James O'Hare. Este sábado ha dado un paso más ya que ha acudido por primera vez junto a sus hijos a una celebración muy importante para la Casa Real: el enlace de María Laura de Bélgica y William Isv. La sobrina de los reyes Felipe y Matilde (por tanto también de la Princesa) celebra su enlace en la catedral de San Michel y Santa Gúdula de Bruselas y sus primos, Josephine y Oscar, no han querido faltar.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
PULSA AQUÍ PARA VER LA FOTOGALERÍA COMPLETA
Delphine de Bélgica, con un vestido rojo estilo esmoquin y un llamativo sombrero a juego con su collar, ha subido la larga escalinata de la catedral agarrada del brazo de su hijo. En este debut (al menos público), Oscar, ha lucido un traje azul y ha combinado su corbata con el look de su madre. Sobre la solapa de su chaqueta, una flor blanca. Por su parte, Josephine ha accedido con su padre y ha apostado por un vestido de inspiración victoriana de color verde, abotonado por toda la parte delantera y con un discreto estampado floral en el mismo tono. En el interior se han sentado en el tercer banco.
-Primas y altezas: así son las princesas más misteriosas de Luxemburgo y Bélgica
-María Laura de Bélgica se casa con un vestido desmontable y accesorios de sus abuelas
A las puertas del templo no solo ha posado Delphine muy sonriente con su marido y sus hijos, sino también el resto de invitados. Una de las imágenes más esperadas es la que se ha producido con la llegada de los Reyes, la princesa Elisabeth, el príncipe Emmanuel, el príncipe Gabriel y la princesa Eleonore. La heredera al trono, que en solo un mes cumplirá 21 años, estaba espectacular con vestido granate con flecos y una enorme pamela del mismo tono. Por su parte, Matilde de los belgas se ha decantado por un vestido estilo túnica estampada y pamela rosa.
Para la ceremonia, de una hora y cuarto de duración, se ha adornado la iglesia con bonitos arreglos florales y se han colocado en los bancos misales personalizados con el nombre de cada invitado. También ha habido una formación musical que se ha encargado de tocar en directo las canciones católicas y judías que los contrayentes habían seleccionado previamente. María Laura y William, apoyados por sus padres, se han encargado personalmente de todos los detalles para lograr una celebración perfecta, como así ha resultado. Además, el hecho de que hayan elegido precisamente este escenario es un auténtico homenaje familiar puesto que los padres de la novia, sus abuelos y sus bisabuelos se casaron también en esta catedral gótica ubicada muy cerca de la estación central de la ciudad.
La primera imagen del matrimonio tras este enlace civil ha tenido lugar en la escalinata de la catedral, ocupada por decenas de invitados que esperaban con paraguas verde para refugiarse de la lluvia. En ese momento se han podido apreciar por segunda vez todos los detalles del secreto mejor guardado. el look nupcial. Para su boda, María Laura de Bélgica ha llevado un vestido de líneas muy sencillas con una larguísima cola y un delicado velo con encaje coronado con una tiara. La sobrina de los Reyes belgas se ha implicado en el proceso de creación ya que la moda es una de sus pasiones. William, por su parte, ha elegido el coche deportivo en el que han abandonado la catedral para poder hacer esta misma noche una recepción privada en la que se incluye una cena y la posterior fiesta.
La primera celebración
Cabe recordar que la princesa María Laura ha querido celebrar tan señalada ocasión con dos celebraciones distintas. En la mañana de este sábado pronunció su primer sí quiero en una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Bruselas. Un enlace breve, de tan solo 30 minutos, y de carácter privado al que solo han asistido sus familiares más cercanos. En todo momento, se ha tenido en cuenta la diversidad cultural de sus invitados y se ha hablado en holandés, francés, alemán e inglés, debido a que parte de la familia de William habla este último idioma. Precisamente, a las puertas de este consistorio, situado en la emblemática Grand Place, los novios han protagonizado su primer posado como recién casados.